Olivia de Prado

Perder a un bebé que se estaba esperando o que recién había nacido, es una experiencia desgarradora.

Para sobrellevar el impacto de una pérdida temprana es necesario transitar dolorosamente el camino del duelo, sin un ritmo definido. El dolor ante una pérdida perinatal o neonatal es tan profundo que se suele requerir de ayuda profesional para acompañar y elaborar tan duro golpe.

En la sociedad actual el duelo perinatal es un tema silenciado, por este motivo, en este espacio queremos dar voz a todas aquellos bebés que se van demasiado temprano y nos dejan una huella imborrable.

Generalmente, cuando llega un embarazo después de haber sufrido una pérdida de estas características, se provoca un gran desequilibrio emocional difícil de digerir, pues se entremezclan ilusión, miedo, alegría y tristeza. Asi se haya elaborado el duelo e integrado la perdida,  así se determinará la forma de vivir el nuevo embarazo.

Cuando se decide llevar a cabo una Interrupción Voluntaria del Embarazo se suele tratar de justificar como lo mejor que se podía hacer en ese momento, pero es habitual que interiormente se sienta un gran desasosiego y un vacío difícil de explicar.

Estos sentimientos pueden pasar inadvertidos en un principio y puede que sea más tarde cuando aparezca un profundo malestar.

En este espacio la mujer va a poder sentirse escuchada y aceptada en un espacio libre de juicios, donde puede expresar lo que supuso para ella la interrupción y cómo lo vive en el momento presente.