Rebusco en la mesa del salón para comprobar si está allí el móvil que no deja de sonar, por la alarma que me he puesto para que no se me olvide algo, ahora no recuerdo qué (así es cómo vivo, con múltiples alarmas, para evitar que se me olviden las cosas)y descubro el envase de un yogurt con su cuchara asomando por el borde, que está ahí desde mediodía, antes de sentarme frente al ordenador para continuar con mi jornada laboral.

Estoy cansada y sólo el hecho de pensar en recogerlo en este preciso momento y llevarlo al recipiente de envases de la cocina, me agota.

Paso de largo hacia el cuarto de la niña, que continúa dando botes en la cama reclamado leer un libro como cada noche antes de dormir.

Me meto con ella en la cama, sólo deseo que se duerma, cuanto antes mejor, porque necesito mi momento, mi momento de relax.

Al cabo de un rato me doy cuenta que me he quedado sobada a su lado, se está tan calentito aqui dentro, que sólo imaginarme salir y arrastrarme hasta mi cuarto, me invita a continuar acurrucada a su lado

Mi día aún no ha terminado, he de preparar la ropa de las dos para mañana por la mañana andar más ligeras, su merienda de media mañana, dejar la mesa con el desayuno, mi maleta con el ordenador (mañana me toca consulta presencial), y sacar del conge la cena para mañana.

Preferiría quedarme en la cama, pero tengo que hacer por salir de aquí.

En el camino hacia mi cama, después de haber preparado lo justo y necesario para poder funcionar mañana de forma más operativa, veo el montón de ropa sin recoger de nuevo, mirándome y diciendo “ven…” y detrás, en una esquina del salón, un burro con más ropa (ya no cabe más en el tendedero de la cantidad de lavadoras que ponemos en esta casa), probablemente seca dispuesta para ser recogida también.

Y entonces, me doy media vuelta, abro la puerta de mi cuarto, me meto en la cama, enciendo la luz de la mesilla y cojo un libro que dice #CUENTA CONTIGO.

Y eso mismo voy a hacer, contar conmigo para priorizarme, porque las otras cosas, de momento, pueden esperar.

Olivia de Prado.
Acreditada como Psicóloga General Sanitaria por el Gobierno Vasco. Autorización Sanitaria del Gobierno Vasco Nº 48C.2.2.9753
Psicóloga Experta en Infertilidad y Reproducción Asistida.
Psicóloga Especialista en Intervencion de la Ansiedad y el Estrés.
Psicóloga Especialista en Salud Mental Perinatal.
Psicóloga Especialista en Elaboración de Proccesos de DUELO.
Sexóloga clínica.
Miembro colegiado del Colegio Oficial de Psicólogos de Bizkaia. Psicóloga colegiada num. BI04350
Es miembro de la Sociedad Española de Fertilidad.
Es miembro de la Sociedad Española de Psicología Perinatal.