El turismo reproductivo se define como el desplazamiento de una persona o de una pareja desde su país de origen a otro país para acceder a las técnicas de Reproducción Asistida (TRA) de este último.

La mayor parte de los usuarios de este tipo de técnicas, por no decir todos, podemos cuestionarnos la palabra “turismo”, ya que tiene connotaciones de placer, lo que está bastante reñido con los desafíos físicos y emocionales que implican los tratamientos de fertilidad.

Recientemente se ha propuesto desde la European Society of Human Reproducción and Embriology, el término “Atención reproductiva transfronteriza”. Este término incluye toda una variedad de servicios reproductivos, como pueden ser la donación de gametos, la maternidad subrogada, las técnicas FIV/ ICSI/ IA y Cirugía reproductiva.

Los principales motivos que conducen a una persona o pareja a desplazarse de su país de origen a otro país para acceder a las TRA, son muy variados. Podemos hablar entre otros de la Accesibilidad, la búsqueda de la Calidad, el Coste o la Regulación.

En cuanto a la Accesibilidad;

 El acceso a las TRA en el país de residencia, depende de la oferta disponible, de la calidad de la atención ofrecida y del tiempo de espera, principalmente.

Cada uno de estos factores, juega un papel en la motivación de los pacientes a la hora de realizar viajes transfronterizos por cuestiones de infertilidad.

Es más frecuente desplazarse a otros países cuando en el país de origen la oferta de donantes de gametos es baja en comparación con la demanda, debido a la regulación.  Por ejemplo, en algunos países como en España el número de niños nacidos de las donaciones es limitado.

Al igual que hay más desplazamientos al extranjero en función de la compensación económica o las políticas de anonimato de los donantes. En algunos países como UK, la donación no es anónima y se conoce la identidad de los donantes. Esto origina disparidad de opiniones entre las receptoras.

En lo que a la Calidad del servicio se refiere;

Hay pacientes que viajan al extranjero para recibir una mejor atención, generalmente después de haber realizado varios ciclos en su país de origen, habiendo tenido una mala experiencia. Habitualmente estas personas viajan para tratar de buscar clínicas que dispongan de un personal más cualificado o equipos de última tecnología.

En relación al Coste;

El elevado coste de las TRA en algunos países, es otro motivo por el que algunas personas viajan al extranjero a someterse a tratamientos de fertilidad, siendo EEUU el país más caro y la India el más barato.

También existen disparidades en las compensaciones económicas percibidas por los donantes de gametos y la maternidad subrogada.

A cerca de la Regulación;

Las restricciones legales son una de las principales causas de los desplazamientos. La regulación legal de las TRA la asigna cada país, sin que exista una legislación homogénea a nivel internacional.

Estas restricciones giran en torno a dos categorías:

• Quién: hace referencia a las características de las pacientes, basándose en la edad, estado civil, orientación sexual. Por ejemplo, en Francia las mujeres solas no tienen acceso a la asistencia médica en materia de Reproducción.
• Qué tipo de tratamiento: existen algunas prohibiciones en los servicios de TRA, como por ejemplo Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) para descartar patologías o anomalías genéticas como pueden ser algunas graves enfermedades hereditarias; selección del sexo; donación de gametos; criopreservación de embriones. Por ejemplo, en Alemania y Noruega las donaciones de ovocitos están prohibidas.

Por todo esto, no se debería cuestionar alegremente la eleción de una persona de viajar a otro país diferente al suyo, para acceder a los diferentes servicios que la Reproducción Asistida ofrece.

Con toda esta información, me gustaría proponerte una reflexión:

¿Estás a favor o en contra de “atención reproductiva transfronteriza”?

Me encantará conocer tu opinión.

El debate queda abierto.

Si crees que este post puede ayudar a otras personas, puedes compartirlo en las redes sociales.

Gracias por compartir.

Olivia de Prado