Olivia de Prado

Llegó el día “D”

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Se acerca del día “D” (el día de la transferencia embrionaria), tienes a la vuelta de la esquina el gran proyecto de tu vida, ser mamá o papá…

¿Cómo lo llevas? ¿Cuáles son tus impresiones? ¿Cómo se presenta el inminente evento?

Puede que vivas estos días con gran inquietud. Es normal, llevas tiempo esperando que llegue este gran momento.

Cada uno de los futuros padres muestran sentimientos y emociones diferentes, y su manera de afrontarlos dependerá de los recursos con los que cuenten además del trabajo anterior que hayan ido haciendo.

Por ese motivo, siempre recomiendo que, antes de iniciar cualquier proceso de Reproducción Asistida, se tenga en cuenta el desgaste psicológico al que se va a estar sometido y se valore la intervención psicológica a modo preventivo, para evitar llegar afectado emocionalmente a esta etapa tan importante del proceso.

Las emociones más frecuentes en estos momentos suelen ser: ilusión, ansiedad, miedo e incertidumbre.

Llegado este punto, podemos comenzar a poner en marcha algunas de las técnicas que hemos ido aprendiendo.

Practicar relajación es la clave para reducir el nivel de ansiedad que puedas tener, y que te impide concentrarte en las actividades cotidianas. Prueba comenzando a realizar los ejercicios por la noche antes de acostarte, para que te puedas ir a la cama con el cuerpo y la mente en calma.

Trata de continuar con tu rutina y presta atención a todas aquellas cosas que te gusta hacer y te resultan placenteras, por muy simples que parezcan, como puede ser disfrutar del viento rozando tu cara mientras das un paseo. Porque de esta manera, estarás focalizando tu atención en todo lo positivo que te rodea, que no es poco.

Para combatir la incertidumbre y el miedo puedes hacer una valoración de todas las opciones con las que cuentas, es decir, cuales son los posibles resultados del tratamiento, y prevenir la respuesta que tendrás en cada una de ellas. Esto de dará mayor sensación de control de la situación.

Dependiendo de la tesitura en la que os encontréis, experimentaréis unas emociones u otras.

En caso de que el embrión que te vayan a transferir lleve vuestra carga genética, la de ambos padres, las emociones que generalmente están más presentes son ilusión, ansiedad e incertidumbre.

En caso de que el embrión lleve parte de tu carga genética y hayas tenido que recurrir a semen de donante porque tu pareja tenía dificultades o porque seas madre sola por elección; o en caso de que el embrión proceda de un óvulo donado, a las emociones anteriores le sumamos los miedos que reaparecen desde antes de tomar la decisión de recurrir a la donación de gametos. Esos miedos a cerca de los sentimientos que tendrás hacia el bebé por no llevar parte de vuestra carga genética, van a ir desapareciendo a medida que veas que el proceso sigue delante de manera adecuada.

Estoy convencida de que en los últimos tiempos has podido sentir algunas de estas emociones, lo importante es que puedas ser capaz de manejarlas, para que no te afecten de manera negativa. En caso que veas que tú sola no eres capaz, te invito a que solicites ayuda a un especialista de la salud mental.

Si crees que este post puede ayudar a otras personas, puedes compartirlo en las redes sociales.

Gracias por compartir.

Olivia de Prado

1 comentario en “Llegó el día “D””

  1. Pingback: ” de la preocupación al éxtasis= desequilibrio emocional” – Psicoinfertility

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¿Cómo lo llevas? ¿Cuáles son tus impresiones? ¿Cómo se presenta el inminente evento?

Puede que vivas estos días con gran inquietud. Es normal, llevas tiempo esperando que llegue este gran momento.

Cada uno de los futuros padres muestran sentimientos y emociones diferentes, y su manera de afrontarlos dependerá de los recursos con los que cuenten además del trabajo anterior que hayan ido haciendo.

Por ese motivo, siempre recomiendo que, antes de iniciar cualquier proceso de Reproducción Asistida, se tenga en cuenta el desgaste psicológico al que se va a estar sometido y se valore la intervención psicológica a modo preventivo, para evitar llegar afectado emocionalmente a esta etapa tan importante del proceso.

Las emociones más frecuentes en estos momentos suelen ser: ilusión, ansiedad, miedo e incertidumbre.

Llegado este punto, podemos comenzar a poner en marcha algunas de las técnicas que hemos ido aprendiendo.

Practicar relajación es la clave para reducir el nivel de ansiedad que puedas tener, y que te impide concentrarte en las actividades cotidianas. Prueba comenzando a realizar los ejercicios por la noche antes de acostarte, para que te puedas ir a la cama con el cuerpo y la mente en calma.

Trata de continuar con tu rutina y presta atención a todas aquellas cosas que te gusta hacer y te resultan placenteras, por muy simples que parezcan, como puede ser disfrutar del viento rozando tu cara mientras das un paseo. Porque de esta manera, estarás focalizando tu atención en todo lo positivo que te rodea, que no es poco.

Para combatir la incertidumbre y el miedo puedes hacer una valoración de todas las opciones con las que cuentas, es decir, cuales son los posibles resultados del tratamiento, y prevenir la respuesta que tendrás en cada una de ellas. Esto de dará mayor sensación de control de la situación.

Dependiendo de la tesitura en la que os encontréis, experimentaréis unas emociones u otras.

En caso de que el embrión que te vayan a transferir lleve vuestra carga genética, la de ambos padres, las emociones que generalmente están más presentes son ilusión, ansiedad e incertidumbre.

En caso de que el embrión lleve parte de tu carga genética y hayas tenido que recurrir a semen de donante porque tu pareja tenía dificultades o porque seas madre sola por elección; o en caso de que el embrión proceda de un óvulo donado, a las emociones anteriores le sumamos los miedos que reaparecen desde antes de tomar la decisión de recurrir a la donación de gametos. Esos miedos a cerca de los sentimientos que tendrás hacia el bebé por no llevar parte de vuestra carga genética, van a ir desapareciendo a medida que veas que el proceso sigue delante de manera adecuada.

Estoy convencida de que en los últimos tiempos has podido sentir algunas de estas emociones, lo importante es que puedas ser capaz de manejarlas, para que no te afecten de manera negativa. En caso que veas que tú sola no eres capaz, te invito a que solicites ayuda a un especialista de la salud mental.

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