Olivia de Prado

” no tires la toalla…aún”

Las ranitas en la nata.

Había una vez dos ranas que se cayeron en un recipiente de nata.

Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían; era imposible nadar o flotar demasiado tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio las dos ranas patalearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil; solo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil salir a la superficie y respirar.

Una de ellas dijo en voz alta: <<no puedo más, es imposible salir de aquí. En esta materia no se puede nadar. Ya que voy a morir, no veo por qué prolongar ese sufrimiento. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril>>

Dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez, siendo literalmente tragada por el líquido blanco.

La otra rana, más persistente se dijo: <<no hay manera, nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo, aunque se acerque la muerte, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora>>

Siguió pataleando y chapoteando en el mismo lugar, sin avanzar ni un centímetro, durante horas y horas. Y de pronto, de tanto patalear y batir las ancas, agitar y patalear, la nata se convirtió en mantequilla.

Sorprendida, la rana dio un salto y, patinando, llegó hasta el borde del recipiente. Desde allí pudo regresar a casa croando alegremente.”

Jorge Bucay

rana saltanto.jpg

¿Cuántas veces te has sentido como la ranita que no se hundió en la nata? Pensado que no podrías continuar más, y que lo siguiente sería abandonar… pero de pronto sacaste fuerzas no sabes muy bien de donde y seguiste un poco más… siempre pensando “ésta ya es la definitiva”…

Si aún no lo has conseguido y estás a punto de tirar la toalla; si piensas que es inútil seguir intentándolo, que no vas a poder soportar un tratamiento más porque todo esto te ha superado, piensa en la ranita que siguió peleando por salir del atolladero en el que encontraba, hallando una salida.

Sólo si persistes en tu empeño por conseguir lo que realmente deseas, tu hijo, podrás lograrlo.

Te animo a que te armes de valor (ese que ya tienes, aunque a ti no te lo parezca) y mires al frente sin perder de vista tu objetivo.

Siempre hay una salida.

Si crees que este post puede ayudar a otras personas, puedes compartirlo en las redes sociales.

Gracias por compartir.

Olivia de Prado

 

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” no tires la toalla…aún”

Las ranitas en la nata.

Había una vez dos ranas que se cayeron en un recipiente de nata.

Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían; era imposible nadar o flotar demasiado tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio las dos ranas patalearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil; solo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil salir a la superficie y respirar.

Una de ellas dijo en voz alta: <<no puedo más, es imposible salir de aquí. En esta materia no se puede nadar. Ya que voy a morir, no veo por qué prolongar ese sufrimiento. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril>>

Dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez, siendo literalmente tragada por el líquido blanco.

La otra rana, más persistente se dijo: <<no hay manera, nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo, aunque se acerque la muerte, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora>>

Siguió pataleando y chapoteando en el mismo lugar, sin avanzar ni un centímetro, durante horas y horas. Y de pronto, de tanto patalear y batir las ancas, agitar y patalear, la nata se convirtió en mantequilla.

Sorprendida, la rana dio un salto y, patinando, llegó hasta el borde del recipiente. Desde allí pudo regresar a casa croando alegremente.”

Jorge Bucay

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¿Cuántas veces te has sentido como la ranita que no se hundió en la nata? Pensado que no podrías continuar más, y que lo siguiente sería abandonar… pero de pronto sacaste fuerzas no sabes muy bien de donde y seguiste un poco más… siempre pensando “ésta ya es la definitiva”…

Si aún no lo has conseguido y estás a punto de tirar la toalla; si piensas que es inútil seguir intentándolo, que no vas a poder soportar un tratamiento más porque todo esto te ha superado, piensa en la ranita que siguió peleando por salir del atolladero en el que encontraba, hallando una salida.

Sólo si persistes en tu empeño por conseguir lo que realmente deseas, tu hijo, podrás lograrlo.

Te animo a que te armes de valor (ese que ya tienes, aunque a ti no te lo parezca) y mires al frente sin perder de vista tu objetivo.

Siempre hay una salida.

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