Olivia de Prado

sientes envidia y no te reconoces

envidiaHoy vamos a hablar de esos sentimientos que se han despertado en tu interior y que nunca pensaste que podrías llegar a experimentar.

La envidia.

Yo diría que, desde mi punto de vista, hay tres tipos de envidia.

Esa envidia sana por algo que alguien posee y que tú no tienes, pero que sabes que en cualquier momento que te propongas podrías conseguir. Recuerda cuando aún no habías decidido que querías ser mamá y te llamaba alguna persona querida para contarte que estaba esperando un bebé. La maternidad aún no había tocado a tu puerta, y te alegrabas enormemente por esa persona querida, porque compartías su alegría. Por aquel entonces pensabas que cuando llegara tu momento tú también lo tendrías… sentías esa envidia sana de la que te hablo y pensabas “que bonito tener un bebé en casa, pero yo de momento voy a esperar…”

Por otra parte, está esa envidia insana que tienen ciertas personas y que en más de una ocasión te ha hecho tanto sufrir. Esta envidia no es temporal. Existen ciertas personas con este rasgo de su personalidad bastante marcado. Puede que ahora estés pensando en alguna de ellas. Mi consejo es que cuanto más lejos estén mejor, porque no harán más que tratar de amargarte la vida. Por lo que tú posees y ellas no.

Y por último, lo que yo denominaría envidia temporal, que surge en determinados momentos de tu vida, generada por una situación dolorosa que estás viviendo. Por ejemplo, cuando estás buscando un embarazo y de pronto todo tu entorno parece que se ha puesto de acuerdo para tener bebes … todos menos tú. En esos momentos sientes una desconocida envidia hacia la gente que quieres, hermanas, cuñadas, amigas, vecinas… nunca pensaste que podrías sentir eso por ellas y ahora no te reconoces en ese papel de “envidiosa”. No quieres que les pase nada a ellas ni a sus bebes, por supuesto, pero no te apetece que te hablen ni te cuenten lo bonita que es la maternidad y lo horrible que lo están pasando porque no duermen nada por las noches…

No te preocupes, ese es un sentimiento absolutamente común en estos casos. No vas a tener ese sentimiento de por vida, desaparece con el tiempo, incluso si no llegas a tener hijos. Porque ese dolor que te produce esta situación de infertilidad se va diluyendo, aunque ahora pienses que es lo más fuerte que has sentido en toda tu vida. Te lo digo por experiencia.

Es muy habitual que quieras poner tierra de por medio con estas personas que han tenido bebés porque, aunque tú las quieras (y a sus bebes también), te produce malestar, tristeza, nostalgia compartir experiencias que tú, por tus circunstancias, no puedes vivir en este momento.

Cuando somos madres y estamos flotando en nuestra nube de algodón, no nos damos cuenta de que ciertos comentarios pueden herir la sensibilidad de quienes no pueden tener hijos. Y ese es el principal motivo por el que, estas personas se distancian de nosotras.
Algunos de estos comentarios son:
“no sabes qué bien vives sin hijos, llevo 2 meses sin pegar ojo”. (Mientras tanto tú estás pensando que preferirías no pegar ojo en meses a cambio de tener a tu bebé en tus brazos).
“no tengo tiempo para nada, ni para comer”. (Y tú piensas que lo de sacar tiempo es muy relativo, todos sabemos que, si te lo propones, sacas tiempo sí o sí. Yo también soy mamá…)
“aprovecha mientras puedas, que luego…” (Que luego ¿qué?, ¿Se acaba el mundo? Siempre me ha llamado mucho la atención esta frase…)
“con el primero lo llevaba bien, pero ha sido tener el segundo hijo y se acabó”. (Además por partida doble…y yo a verlas venir.)
“no sabes lo que es ésto…. los niños son agotadores…” (gracias por recordarme que no lo sé… ojalá pudiera saberlo…seguro que no me quejaba tanto como tú.)

Yo, al igual que tú, también he pasado por esta etapa, en la que sentía ese tipo de “envidia” hacia todas aquellas mujeres que me rodeaban y se quedaban embarazadas, mientras yo no podía. Me alegraba por ellas, porque un embarazo es siempre una noticia maravillosa, pero sentía que esa alegría estaba empañada por un sentimiento que no me dejaba disfrutar plenamente. Supongo que porque me recordaba mis problemas de esterilidad y mi dificultad para tener hijos. Sentía una gran frustración.

Generalmente, esto no te pasa con aquellas personas que han pasado por un proceso de reproducción asistida. Porque te sientes identificada y su éxito es también el tuyo.

Por eso te digo que no te sientas “la mala de la película”, porque este sentimiento es absolutamente temporal. Pero estaría bien que trabajaras en ello, para que no se enquiste y se quede ahí.

Puede que te duela compartir tiempo con esas personas que quieres y que han tenido la buena suerte de tener un bebé, pero ellas no se merecen estar solas en este momento tan especial de sus vidas. Si no te apetece, no quedes tan asiduamente como lo hacías antes, pero tampoco te aísles porque perderás contacto con gente que aprecias, por una situación que va a terminar tarde o temprano.

Si tienes confianza con esas personas, podrías explicarles cómo te sientes porque si no es muy difícil que entiendan tu comportamiento. Pueden pensar que te has convertido en una rara o una amargada. Nada más lejos de la realidad. La infertilidad y los tratamientos hormonales te producen muchos cambios de humor, sentimientos encontrados, y a veces ni tú misma te entiendes, entonces ¿cómo van a entenderte los demás? No son adivinos….

Éste precisamente es otro de los motivos por los que dejas de quedar con la gente, porque estás de un humor de perros… ahora te ries, en un rato lloras, al momento siguiente gritas… ¡uff, qué te voy a contar que no sepas!… Piensas que es mejor que nadie te vea en esas condiciones porque creerían que has perdido la cabeza. Por eso prefieres estar sola, pero te digo una cosa, si esas personas son realmente tus amigas, tienen que entender que esta situación está provocada por los cambios hormonales y es pasajera. Ellas te quieren, asi que estarán a tu lado, a las duras y también a las maduras. No lo dudes.

Las personas que no han pasado por un proceso de infertilidad y reproducción asistida, es muy difícil que entiendan qué sientes. Algunas tratarán de entenderte, otras se limitarán a juzgarte. Es habitual, se trata de una situación completamente desconocida e INIMAGINABLE para ellas. Si compartes con ellas tus sentimientos y tus miedos, podrían comprenderte algo mejor. La expresión de las emociones libera los fantasmas de tu interior y te hace sentir mejor. Pruébalo y si es así, ¡repite!

Si crees que este post puede ayudar a otras personas, puedes compartirlo en las redes sociales.

Gracias por compartir.

Olivia de Prado

2 comentarios en “sientes envidia y no te reconoces”

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sientes envidia y no te reconoces

envidiaHoy vamos a hablar de esos sentimientos que se han despertado en tu interior y que nunca pensaste que podrías llegar a experimentar.

La envidia.

Yo diría que, desde mi punto de vista, hay tres tipos de envidia.

Esa envidia sana por algo que alguien posee y que tú no tienes, pero que sabes que en cualquier momento que te propongas podrías conseguir. Recuerda cuando aún no habías decidido que querías ser mamá y te llamaba alguna persona querida para contarte que estaba esperando un bebé. La maternidad aún no había tocado a tu puerta, y te alegrabas enormemente por esa persona querida, porque compartías su alegría. Por aquel entonces pensabas que cuando llegara tu momento tú también lo tendrías… sentías esa envidia sana de la que te hablo y pensabas “que bonito tener un bebé en casa, pero yo de momento voy a esperar…”

Por otra parte, está esa envidia insana que tienen ciertas personas y que en más de una ocasión te ha hecho tanto sufrir. Esta envidia no es temporal. Existen ciertas personas con este rasgo de su personalidad bastante marcado. Puede que ahora estés pensando en alguna de ellas. Mi consejo es que cuanto más lejos estén mejor, porque no harán más que tratar de amargarte la vida. Por lo que tú posees y ellas no.

Y por último, lo que yo denominaría envidia temporal, que surge en determinados momentos de tu vida, generada por una situación dolorosa que estás viviendo. Por ejemplo, cuando estás buscando un embarazo y de pronto todo tu entorno parece que se ha puesto de acuerdo para tener bebes … todos menos tú. En esos momentos sientes una desconocida envidia hacia la gente que quieres, hermanas, cuñadas, amigas, vecinas… nunca pensaste que podrías sentir eso por ellas y ahora no te reconoces en ese papel de “envidiosa”. No quieres que les pase nada a ellas ni a sus bebes, por supuesto, pero no te apetece que te hablen ni te cuenten lo bonita que es la maternidad y lo horrible que lo están pasando porque no duermen nada por las noches…

No te preocupes, ese es un sentimiento absolutamente común en estos casos. No vas a tener ese sentimiento de por vida, desaparece con el tiempo, incluso si no llegas a tener hijos. Porque ese dolor que te produce esta situación de infertilidad se va diluyendo, aunque ahora pienses que es lo más fuerte que has sentido en toda tu vida. Te lo digo por experiencia.

Es muy habitual que quieras poner tierra de por medio con estas personas que han tenido bebés porque, aunque tú las quieras (y a sus bebes también), te produce malestar, tristeza, nostalgia compartir experiencias que tú, por tus circunstancias, no puedes vivir en este momento.

Cuando somos madres y estamos flotando en nuestra nube de algodón, no nos damos cuenta de que ciertos comentarios pueden herir la sensibilidad de quienes no pueden tener hijos. Y ese es el principal motivo por el que, estas personas se distancian de nosotras.
Algunos de estos comentarios son:
“no sabes qué bien vives sin hijos, llevo 2 meses sin pegar ojo”. (Mientras tanto tú estás pensando que preferirías no pegar ojo en meses a cambio de tener a tu bebé en tus brazos).
“no tengo tiempo para nada, ni para comer”. (Y tú piensas que lo de sacar tiempo es muy relativo, todos sabemos que, si te lo propones, sacas tiempo sí o sí. Yo también soy mamá…)
“aprovecha mientras puedas, que luego…” (Que luego ¿qué?, ¿Se acaba el mundo? Siempre me ha llamado mucho la atención esta frase…)
“con el primero lo llevaba bien, pero ha sido tener el segundo hijo y se acabó”. (Además por partida doble…y yo a verlas venir.)
“no sabes lo que es ésto…. los niños son agotadores…” (gracias por recordarme que no lo sé… ojalá pudiera saberlo…seguro que no me quejaba tanto como tú.)

Yo, al igual que tú, también he pasado por esta etapa, en la que sentía ese tipo de “envidia” hacia todas aquellas mujeres que me rodeaban y se quedaban embarazadas, mientras yo no podía. Me alegraba por ellas, porque un embarazo es siempre una noticia maravillosa, pero sentía que esa alegría estaba empañada por un sentimiento que no me dejaba disfrutar plenamente. Supongo que porque me recordaba mis problemas de esterilidad y mi dificultad para tener hijos. Sentía una gran frustración.

Generalmente, esto no te pasa con aquellas personas que han pasado por un proceso de reproducción asistida. Porque te sientes identificada y su éxito es también el tuyo.

Por eso te digo que no te sientas “la mala de la película”, porque este sentimiento es absolutamente temporal. Pero estaría bien que trabajaras en ello, para que no se enquiste y se quede ahí.

Puede que te duela compartir tiempo con esas personas que quieres y que han tenido la buena suerte de tener un bebé, pero ellas no se merecen estar solas en este momento tan especial de sus vidas. Si no te apetece, no quedes tan asiduamente como lo hacías antes, pero tampoco te aísles porque perderás contacto con gente que aprecias, por una situación que va a terminar tarde o temprano.

Si tienes confianza con esas personas, podrías explicarles cómo te sientes porque si no es muy difícil que entiendan tu comportamiento. Pueden pensar que te has convertido en una rara o una amargada. Nada más lejos de la realidad. La infertilidad y los tratamientos hormonales te producen muchos cambios de humor, sentimientos encontrados, y a veces ni tú misma te entiendes, entonces ¿cómo van a entenderte los demás? No son adivinos….

Éste precisamente es otro de los motivos por los que dejas de quedar con la gente, porque estás de un humor de perros… ahora te ries, en un rato lloras, al momento siguiente gritas… ¡uff, qué te voy a contar que no sepas!… Piensas que es mejor que nadie te vea en esas condiciones porque creerían que has perdido la cabeza. Por eso prefieres estar sola, pero te digo una cosa, si esas personas son realmente tus amigas, tienen que entender que esta situación está provocada por los cambios hormonales y es pasajera. Ellas te quieren, asi que estarán a tu lado, a las duras y también a las maduras. No lo dudes.

Las personas que no han pasado por un proceso de infertilidad y reproducción asistida, es muy difícil que entiendan qué sientes. Algunas tratarán de entenderte, otras se limitarán a juzgarte. Es habitual, se trata de una situación completamente desconocida e INIMAGINABLE para ellas. Si compartes con ellas tus sentimientos y tus miedos, podrían comprenderte algo mejor. La expresión de las emociones libera los fantasmas de tu interior y te hace sentir mejor. Pruébalo y si es así, ¡repite!

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Gracias por compartir.

Olivia de Prado

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