Olivia de Prado

“testimonio: donación de esperma”

“En general creo que cuando la pareja se pone a buscar un hijo y no llega, como fue nuestro caso, pensamos que la “culpa es nuestra”… Después de meses intentándolo y unos manchados raros entre ciclos, decidí hacerme las pruebas de fertilidad. ¡Qué alivio, estaba estupenda! Di por hecho que era cuestión de atinar… pero después de meses y de que un buen amigo me dijera que él tenía un problema con su esperma, decidimos que mi marido se hiciera pruebas. ¡Menudo golpe! Desde ese momento, mi marido se derrumbó, yo le apoyaba, me involucré todo y más, pero él me alejaba, no hacía más que decirme que era él el problema…

Mi marido no lo asumía, le dije de buscar ayuda psicológica pero no… Por su forma de ser y la mía, (los dos muy tercos) empezamos a discutir muchísimo. Yo quería que se moviera, que empezara a buscar médicos, que se hiciera pruebas de esterilidad… pero él llevaba otro ritmo… mi marido necesitaba tiempo y a mí ese tiempo me parecía que no lo tenía.

Las pruebas eras muy desalentadoras y cuando llegamos a la clínica de fertilidad ya fueron súper rotundas. ¡Lo pasamos fatal, sobre todo él! Ahí fue cuando decidimos ir a un psicólogo de pareja. Le contamos nuestro caso, la infertilidad había sido el detonante, pero la verdad es que ante la disparidad de opiniones ya discutíamos, con un tema tan importante y profundo como éste, aún más.

El destino nos presentó a Olivia, que nos ayudó a ver más “normal” la infertilidad.

He buscado en internet y apenas aparecen hombres que hablen de la esterilidad masculina, la escasa información siempre viene de las parejas de estos hombres… Si la infertilidad es tabú, cuando el problema viene del hombre es todavía mayor…

Tuvimos la suerte de quedarme embarazada en el primer intento, pero cuando me dieron el positivo, mi alegría duró poco, a mi marido le entraron los miedos, no podía alegrarme y me sentía SOLA. Mi fe en Dios, y el apoyo de mi madre, mi hermano y mi cuñada hicieron que siempre me mantuviera a flote.

Según han ido pasando las semanas, los meses y las ecografías, mi marido se empieza a ilusionar, ya estamos bien, estamos contentos. Ahora como todos los padres solo deseamos que nuestro hijo venga bien, pero soy consciente que la paternidad será dura y seguramente necesitemos asesoramiento para poder comunicar la verdad de sus orígenes”

E.G

 

Este es el testimonio que hace algunos meses me envió E.  Me parecía preciso esperar a este momento para compartirlo con vosotras, ya que el “finciprio” (final+principio) de aquella historia, estaba a punto de comenzar. Hace apenas unos meses nació su bebé precioso y sano. A día de hoy la familia unida está volcada y disfrutando del cuidado de ese hijo tan deseado.

 

familia.jpg

Pareja, me siento orgullosa de vosotros, y de familia tan preciosa que habéis formado. Después de la tormenta, siempre llega la calma. Saboread ahora esa tranquilidad que vuestro bebé os transmite. Son momentos únicos.

Quizás en el día a día puedan surgir contratiempos, la maternidad y paternidad no es fácil, nadie dijo que lo fuera, pero juntos habéis superado un gran obstáculo, eso os dará fuerzas para hacer frente a los que están por llegar.

Afortunadamente, en la mayoría de las ocasiones, la infertilidad empodera a la persona que la sufre y en caso de que tenga pareja la afianza aún más. Este caso es un mero ejemplo.

Por eso quería dejaros una breve reseña del entrañable relato de dos personas que se quieren y que luchan frente a las adversidades, por alcanzar uno de sus mejores sueños…su hijo.

Quiero agradeceros que hayáis compartido algo tan íntimo con todas aquellas personas que están pasando por una situación similar a la vuestra. Desde el anonimato seguro que vuestras palabras les resultarán alentadoras.

En vuestro caso, como en otros tantos con los que me encuentro cada día, la ilusión ha sido el motor que ha permitido continuar vuestra andadura en este camino a vuestro hijo.  Es imprescindible no perder la fe.

Allí al final de este camino pedregoso, hay un precioso destino esperándoos.

Si crees que este post puede ayudar a otras personas, puedes compartirlo en las redes sociales.

Gracias por compartir.

Olivia de Prado

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“testimonio: donación de esperma”

“En general creo que cuando la pareja se pone a buscar un hijo y no llega, como fue nuestro caso, pensamos que la “culpa es nuestra”… Después de meses intentándolo y unos manchados raros entre ciclos, decidí hacerme las pruebas de fertilidad. ¡Qué alivio, estaba estupenda! Di por hecho que era cuestión de atinar… pero después de meses y de que un buen amigo me dijera que él tenía un problema con su esperma, decidimos que mi marido se hiciera pruebas. ¡Menudo golpe! Desde ese momento, mi marido se derrumbó, yo le apoyaba, me involucré todo y más, pero él me alejaba, no hacía más que decirme que era él el problema…

Mi marido no lo asumía, le dije de buscar ayuda psicológica pero no… Por su forma de ser y la mía, (los dos muy tercos) empezamos a discutir muchísimo. Yo quería que se moviera, que empezara a buscar médicos, que se hiciera pruebas de esterilidad… pero él llevaba otro ritmo… mi marido necesitaba tiempo y a mí ese tiempo me parecía que no lo tenía.

Las pruebas eras muy desalentadoras y cuando llegamos a la clínica de fertilidad ya fueron súper rotundas. ¡Lo pasamos fatal, sobre todo él! Ahí fue cuando decidimos ir a un psicólogo de pareja. Le contamos nuestro caso, la infertilidad había sido el detonante, pero la verdad es que ante la disparidad de opiniones ya discutíamos, con un tema tan importante y profundo como éste, aún más.

El destino nos presentó a Olivia, que nos ayudó a ver más “normal” la infertilidad.

He buscado en internet y apenas aparecen hombres que hablen de la esterilidad masculina, la escasa información siempre viene de las parejas de estos hombres… Si la infertilidad es tabú, cuando el problema viene del hombre es todavía mayor…

Tuvimos la suerte de quedarme embarazada en el primer intento, pero cuando me dieron el positivo, mi alegría duró poco, a mi marido le entraron los miedos, no podía alegrarme y me sentía SOLA. Mi fe en Dios, y el apoyo de mi madre, mi hermano y mi cuñada hicieron que siempre me mantuviera a flote.

Según han ido pasando las semanas, los meses y las ecografías, mi marido se empieza a ilusionar, ya estamos bien, estamos contentos. Ahora como todos los padres solo deseamos que nuestro hijo venga bien, pero soy consciente que la paternidad será dura y seguramente necesitemos asesoramiento para poder comunicar la verdad de sus orígenes”

E.G

 

Este es el testimonio que hace algunos meses me envió E.  Me parecía preciso esperar a este momento para compartirlo con vosotras, ya que el “finciprio” (final+principio) de aquella historia, estaba a punto de comenzar. Hace apenas unos meses nació su bebé precioso y sano. A día de hoy la familia unida está volcada y disfrutando del cuidado de ese hijo tan deseado.

 

familia.jpg

Pareja, me siento orgullosa de vosotros, y de familia tan preciosa que habéis formado. Después de la tormenta, siempre llega la calma. Saboread ahora esa tranquilidad que vuestro bebé os transmite. Son momentos únicos.

Quizás en el día a día puedan surgir contratiempos, la maternidad y paternidad no es fácil, nadie dijo que lo fuera, pero juntos habéis superado un gran obstáculo, eso os dará fuerzas para hacer frente a los que están por llegar.

Afortunadamente, en la mayoría de las ocasiones, la infertilidad empodera a la persona que la sufre y en caso de que tenga pareja la afianza aún más. Este caso es un mero ejemplo.

Por eso quería dejaros una breve reseña del entrañable relato de dos personas que se quieren y que luchan frente a las adversidades, por alcanzar uno de sus mejores sueños…su hijo.

Quiero agradeceros que hayáis compartido algo tan íntimo con todas aquellas personas que están pasando por una situación similar a la vuestra. Desde el anonimato seguro que vuestras palabras les resultarán alentadoras.

En vuestro caso, como en otros tantos con los que me encuentro cada día, la ilusión ha sido el motor que ha permitido continuar vuestra andadura en este camino a vuestro hijo.  Es imprescindible no perder la fe.

Allí al final de este camino pedregoso, hay un precioso destino esperándoos.

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Gracias por compartir.

Olivia de Prado

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