¿Te has planteado en alguna ocasión cuál es el verdadero motivo por el que quieres tener un hijo?

Existen diferentes motivos para querer tener un hijo, éstos son algunos de ellos:

Para cuidarlo, para que le cuiden a uno mismo cuando sea mayor, para tener compañía, para hacer planes en familia, para transmitirle sus valores, para intentar arreglar algo que ya está roto…

¿Te has parado a pensar cuál es el tuyo propio?

¿Es un deseo común con tu pareja?, ¿es sólo tuyo el deseo?, ¿es la maternidad en solitario lo que deseas?

¿Lo haces porque estás en el camino de búsqueda de uno mismo?, ¿porque piensas en la recompensa de tener un hijo?, ¿porque buscas la felicidad?

Piensa si has hecho en cada momento de tu vida lo que has deseado realmente sin esperar nada a cambio. O si has dejado en el tintero cosas por hacer.

Cada cosa que se hace a cambio de algo, y sobre todo si ese algo es un hijo que no llega, puede aumentar la sensación de frustración acumulada por todo el conjunto de deseos no cumplidos.

Todas estas cuestiones nos sirven para reflexionar.

En la vida se presentan oportunidades únicas que podemos elegir o dejar pasar, hasta que nos encontramos con la que realmente nos hace tomar decisiones y encontrarnos frente a frente con nosotros mismos.

El deseo de tener un hijo y su imposibilidad es una maravillosa oportunidad que se debe aprovechar.

La infertilidad se puede ver como un proceso de transformación para aquellas personas que la sufren y te puede conducir a una realidad nueva.

¿Cuál es tu momento actual? Sea cual sea, ésta es la ocasión que esperabas para crecer de manera individual y/o con tu pareja.

Te invito a que éste sea un tiempo de reflexión.

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Gracias por compartir.

Olivia de Prado