La infertilidad provoca una crisis vital que genera un fuerte impacto en todas las áreas de tu vida: emocional, social, laboral, y también sexual, entre otras.

Posiblemente en el momento en que te planteaste tener un hijo, la reproductividad pasó a ser el único objetivo de tus relaciones sexuales. En esta situación no es raro que aparezcan sentimientos de desilusión, dudas, reproches, distanciamiento con tu pareja o falta de comunicación.

La infertilidad provoca emociones negativas como culpa, depresión, frustración, vergüenza, eclipsando sentimientos de conexión emocional, tan necesarios para que el encuentro sexual sea deseable.

Ante la dificultad para concebir, la idea de tener un hijo convierte el acto sexual en un mero momento de procreación y se incrementan el número de relaciones sexuales para conseguir el embarazo. Cuando la actividad sexual es tan programada y se planifican los encuentros en función de los días de fertilidad, se llega a perder el interés.

Puede que en este momento comiences a percibir la relación sexual como una experiencia erótica desastrosa, con la consiguiente disminución del deseo sexual e incluso pueden aparecer una serie de complicaciones físicas, como anorgasmia o dificultad de erección.

De esta manera se altera la vida erótica de la pareja y lo que hasta ahora había sido divertido y satisfactorio, se convierte en una obligación que impide disfrutar de estos momentos de intimidad.

Todos estos problemas afectan a tus relaciones produciendo distanciamiento cuando se necesita más que nunca la cercanía con tu pareja.

La calidad de la relación de pareja, es un factor fundamental para amortiguar el impacto emocional que provoca la infertilidad. Cuanto mayor es la percepción de apoyo de la pareja, la sensación de estrés es menor.

Los hombres y las mujeres viven de diferente forma el diagnóstico y el tratamiento de esterilidad. Para las mujeres el tratamiento en sí conlleva inyectarse hormonas, intervenciones quirúrgicas menores, cambios de humor; cuestiones que hacen que la mujer viva este momento como una invasión. En cambio, los hombres no reciben prácticamente tratamiento médico, excepto en los casos en los que es necesario realizar una biopsia testicular. Por lo tanto, el nivel de estrés tensional por parte del sexo femenino es mayor.

Si esta etapa transitoria te está afectando más de lo esperado, puedes solicitar ayuda psicológica. La terapia tiene como objetivo el acercamiento de la pareja, con el fin de volver a tener una actitud positiva hacia las sensaciones afectivas y eróticas.

Ahora vuestro mayor desafío es fomentar el apoyo mutuo e intentar mantener espacios de sexualidad independientes de la procreación, para recobrar el sexo placentero.

Te propongo una reconquista de tus relaciones sexuales. El objetivo que has perseguido durante tanto tiempo a través de tus encuentros sexuales, tu embarazo, ya tiene otra vía de consecución, los tratamientos de Reproducción Asistida.

¡Ahora solo queda disfrutar!

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Olivia de Prado