Olivia de Prado

“tic tac, tic tac”

rejoj tic tac.jpgDe pronto llega un día en el que sientes ese “no sé qué” que te lleva a decidir que quieres ser mamá. “Tic- tac”, algunos lo llaman reloj biológico.

Todos pensamos que en cuanto nos pongamos a ello, pronto tendremos en nuestros brazos a nuestro bebé. Pero en algunos casos no es posible que ese momento soñado llegue tan fácil.

Es un mecanismo de defensa pensar que las cosas “malas” les pasan a los demás y que a nosotros no nos van a ocurrir. Ésta es una forma inteligente de vivir, ya que imaginémonos qué ocurriría si estuviéramos todo el día pensando en que situaciones trágicas y negativas nos están esperando a la vuelta de la esquina.

Los que ya lo practicáis, os animo a que sigáis pensando de esta manera que es la más saludable. ¡Siempre en positivo!

Pero también os digo que en este tema; la infertilidad; como en otros, estar en sobre aviso no viene del todo mal.
¿Qué quiero decir con estar en sobre aviso? Pues que tengamos en nuestra mano la información necesaria para saber si estamos dentro de los tiempos recomendables para esperar ese embarazo que no llega.

Cuando comenzamos a buscar un embarazo de manera natural, los comienzos siempre son placenteros. Nos resulta divertido programar los encuentros con nuestra pareja, es como un juego de la tómbola…. En el que cuantos más boletos tengas, más posibilidades tienes de que te toque la “chochona”.

Pero en algunas situaciones van pasando los meses, e incluso los años y ves que ese sueño se va desvaneciendo poco a poco, y las ganas y la diversión se han convertido en angustia y desesperación.
Ya no tienes ganas de tener encuentros con tu pareja, lo que antes era casual, se ha convertido en planificado, lo que antes era placentero, ahora es obligatorio… has perdido todo el interés por disfrutar junto a tu pareja y lo único que te preocupa es cuándo llegará el día en que te hagas una prueba de embarazo y ésta sea positiva.

Entras en un espiral de sentimientos, que te llevan a pensar una y otra vez lo mismo. Te centras únicamente en ese “tu problema” y apartas de tu vida el resto de las cosas, que para ti ahora no tienen la menor importancia. Este es un gran error que casi todas cometemos. Tu vida es tuya con todas las cosas, situaciones y personas que te rodean, con o sin hijos. Es necesario, incluso me atrevería a decir imprescindible, que disfrutes de todos los momentos, por muy duros que te parezcan, porque nunca vuelven.

Y tu te preguntarás, ¿cómo voy a disfrutar de algo que me está haciendo sufrir tanto?

Cuando estás pasando por una situación de estas características, no eres consciente de que estás dejando pasar el tiempo, tu vida. En tu vida seguro hay un montón de cosas que merecen la pena.

Tomate unos minutos y piensa en aquellas cosas que te hacían sentir feliz antes de haber tomado la decisión de ser mamá.
Venga, no te escaquees… piensa al menos en 3 cosas que te hacían feliz, te divertían, te gustaba hacer….
¿Ya? ¿Has terminado de pensar?

Y ahora respóndeme a esta pregunta, ¿esas cosas en las que has pensado, ya no forman parte de tu vida?, ¿han desaparecido por si solas?, o ¿las has hecho tú desaparecer?
¿Podrías volver a recuperar alguna de ellas?, no te digo las 3, ¿pero al menos una?

Si la respuesta es sí, estaría bien que hicieras un esfuerzo por que esa “cosa, situación o persona”, vuelva a estar presente en tu vida. De esa manera estás recuperando el control de tu vida y tú eres la dueña de lo que sientes y haces en tu vida. Cambia tu historia. No te dejes llevar por la marea de sentimientos que van y vienen cada día. ¡Sé que son muchos y muy dispares! Coge los remos y dirige tu barca. Nadie más que tú es dueño de la manera que estás eligiendo gastar tu tiempo.

Las circunstancias que te han tocado vivir no son las más idóneas, lo sé. Pero eso no podemos cambiarlo. Hagamos algo por cambiar lo que tanto daño nos está haciendo.

Sal de casa, mantén el contacto con las personas con las que te encuentras a gusto, continúa haciendo esas cosas que te divierten, relajan o hacen disfrutar.
Sigue con tu vida. No la aparques y más tarde trates de recuperarla, porque puede que ya sea tarde.

El momento de ser mamá llegará antes o más tarde. O puede que ese momento no llegue nunca, porque tú hayas decidido poner punto y final a esa búsqueda.

Pero como aún no sabemos que nos deparará el futuro, vivamos el presente. Este presente que cada segundo se convierte en pasado y que puede ser tan fantástico, como tenebroso. Eso está en tu mano.

Vívelo como tú decidas.

 Si crees que este post puede ayudar a otras personas, puedes compartirlo en las redes sociales.

Gracias por compartir.

Olivia de Prado

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“tic tac, tic tac”

rejoj tic tac.jpgDe pronto llega un día en el que sientes ese “no sé qué” que te lleva a decidir que quieres ser mamá. “Tic- tac”, algunos lo llaman reloj biológico.

Todos pensamos que en cuanto nos pongamos a ello, pronto tendremos en nuestros brazos a nuestro bebé. Pero en algunos casos no es posible que ese momento soñado llegue tan fácil.

Es un mecanismo de defensa pensar que las cosas “malas” les pasan a los demás y que a nosotros no nos van a ocurrir. Ésta es una forma inteligente de vivir, ya que imaginémonos qué ocurriría si estuviéramos todo el día pensando en que situaciones trágicas y negativas nos están esperando a la vuelta de la esquina.

Los que ya lo practicáis, os animo a que sigáis pensando de esta manera que es la más saludable. ¡Siempre en positivo!

Pero también os digo que en este tema; la infertilidad; como en otros, estar en sobre aviso no viene del todo mal.
¿Qué quiero decir con estar en sobre aviso? Pues que tengamos en nuestra mano la información necesaria para saber si estamos dentro de los tiempos recomendables para esperar ese embarazo que no llega.

Cuando comenzamos a buscar un embarazo de manera natural, los comienzos siempre son placenteros. Nos resulta divertido programar los encuentros con nuestra pareja, es como un juego de la tómbola…. En el que cuantos más boletos tengas, más posibilidades tienes de que te toque la “chochona”.

Pero en algunas situaciones van pasando los meses, e incluso los años y ves que ese sueño se va desvaneciendo poco a poco, y las ganas y la diversión se han convertido en angustia y desesperación.
Ya no tienes ganas de tener encuentros con tu pareja, lo que antes era casual, se ha convertido en planificado, lo que antes era placentero, ahora es obligatorio… has perdido todo el interés por disfrutar junto a tu pareja y lo único que te preocupa es cuándo llegará el día en que te hagas una prueba de embarazo y ésta sea positiva.

Entras en un espiral de sentimientos, que te llevan a pensar una y otra vez lo mismo. Te centras únicamente en ese “tu problema” y apartas de tu vida el resto de las cosas, que para ti ahora no tienen la menor importancia. Este es un gran error que casi todas cometemos. Tu vida es tuya con todas las cosas, situaciones y personas que te rodean, con o sin hijos. Es necesario, incluso me atrevería a decir imprescindible, que disfrutes de todos los momentos, por muy duros que te parezcan, porque nunca vuelven.

Y tu te preguntarás, ¿cómo voy a disfrutar de algo que me está haciendo sufrir tanto?

Cuando estás pasando por una situación de estas características, no eres consciente de que estás dejando pasar el tiempo, tu vida. En tu vida seguro hay un montón de cosas que merecen la pena.

Tomate unos minutos y piensa en aquellas cosas que te hacían sentir feliz antes de haber tomado la decisión de ser mamá.
Venga, no te escaquees… piensa al menos en 3 cosas que te hacían feliz, te divertían, te gustaba hacer….
¿Ya? ¿Has terminado de pensar?

Y ahora respóndeme a esta pregunta, ¿esas cosas en las que has pensado, ya no forman parte de tu vida?, ¿han desaparecido por si solas?, o ¿las has hecho tú desaparecer?
¿Podrías volver a recuperar alguna de ellas?, no te digo las 3, ¿pero al menos una?

Si la respuesta es sí, estaría bien que hicieras un esfuerzo por que esa “cosa, situación o persona”, vuelva a estar presente en tu vida. De esa manera estás recuperando el control de tu vida y tú eres la dueña de lo que sientes y haces en tu vida. Cambia tu historia. No te dejes llevar por la marea de sentimientos que van y vienen cada día. ¡Sé que son muchos y muy dispares! Coge los remos y dirige tu barca. Nadie más que tú es dueño de la manera que estás eligiendo gastar tu tiempo.

Las circunstancias que te han tocado vivir no son las más idóneas, lo sé. Pero eso no podemos cambiarlo. Hagamos algo por cambiar lo que tanto daño nos está haciendo.

Sal de casa, mantén el contacto con las personas con las que te encuentras a gusto, continúa haciendo esas cosas que te divierten, relajan o hacen disfrutar.
Sigue con tu vida. No la aparques y más tarde trates de recuperarla, porque puede que ya sea tarde.

El momento de ser mamá llegará antes o más tarde. O puede que ese momento no llegue nunca, porque tú hayas decidido poner punto y final a esa búsqueda.

Pero como aún no sabemos que nos deparará el futuro, vivamos el presente. Este presente que cada segundo se convierte en pasado y que puede ser tan fantástico, como tenebroso. Eso está en tu mano.

Vívelo como tú decidas.

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