Olivia de Prado

Mejora tu salud sexual.

497255710

¿Dónde quedaron esos días en los que te pasabas el día en pijama y vivías prácticamente dentro de la cama?

¿Esos días en los que no querías hacer nada más que hacer el amor con tu pareja?

¿Esos días cargados de juegos entre las sabanas, de disfrutar plenamente de tu sexualidad?

¿Recuerdas esos primeros encuentros sexuales tan satisfactorios y placenteros?

¿Qué cosas recuerdas que te hacían enloquecer?

¿Sabías que cuando tenemos un orgasmo segregamos un torrente de hormonas, endorfinas, dopamina y oxitocina, que generan una sensación de felicidad absoluta, incluso de cierta enajenación mental? Es como si se te fuera la cabeza y explotara un volcán en tu interior… En ese momento es imposible pensar en otra cosa que no sea en el placer que estás sintiendo ¿Sí o no? ¿Te sientes identificad@?

A medida que pasa el tiempo, tenemos más responsabilidades laborales, la rutina se apodera de nuestras vidas y le dedicamos menos tiempo a nuestra salud sexual. La salud no se trata solo de ausencia de enfermedad o disfunción sexual. La salud sexual se refiere al bienestar físico y psicológico, que enriquece la vida individual y social.

El desarrollo pleno de la sexualidad depende de nuestra satisfacción de las necesidades básicas, como el deseo de contacto, la intimidad emocional, el placer. Y además a través de la sexualidad satisfacemos nuestras necesidades afectivas, comunicativas y sociales.

Si sientes que tu disfrute en tu actividad sexual y reproductiva han disminuido, y que te gustaría introducir un cambio en tus relaciones sexuales, tengo una buena noticia: ¡aún estás a tiempo!, ¡siempre se está a tiempo!

Podríamos empezar por atender a algunas cuestiones, tales como:

  • ¿Cómo vives tu sexualidad?, ¿Estas satisfech@?
  • ¿La actividad sexual surge de forma espontánea o esta prefijada?
  • ¿Te atrae sexualmente tu pareja?
  • ¿Te sientes desead@?
  • ¿Asocias algún olor particular de tu pareja con el placer?, ¿o incluso con desagrado?
  • ¿Hace o dice algo tu pareja en situaciones sexuales que hace aumentar tu deseo?
  • ¿Te masturbas y eres capaz de aportarte placer?
  • ¿Tienes orgasmos en tus relaciones sexuales?
  • ¿Cómo debería ser para ti una relación sexual satisfactoria?
  • ¿Cómo repercute tu grado de satisfacción / insatisfacción en las diferentes áreas de tu vida?
  • ¿Qué importancia tiene para ti este desajuste?

Procura responderte a cada una de las anteriores preguntas y así serás más consciente de la situación en la que te encuentras actualmente en relación a tu sexualidad.

Algunos de los factores que me encuentro en la consulta de sexología, que influyen enormemente en el disconfor respecto a la sexualidad de mis pacientes son: la rutina, los problemas en la convivencia, los excesos de responsabilidades, las largas jornadas laborales, la aparición de los niños en nuestras vidas y la “aparente” falta de tiempo, entre otros.

¿Recuerdas en tu juventud que la falta de tiempo era un condicionante que ponía la nota de color en tus relaciones? ¿Te acuerdas? ¿Como eran esos encuentros a toda prisa? ¿De aquí te pillo, aquí te cojo? Eran muy excitantes, ¿verdad?

Así que, en primer lugar, eso de “la falta de tiempo”, vamos a dejarlo de lado, porque el que quiere, saca tiempo de debajo de las piedras. Otra cosa es la pereza y la vagancia… pero detrás de estas sensaciones, se encuentran el aburrimiento por lo rutinario, y la falta de deseo en la mayoría de las ocasiones.

Casi en el 90% de los casos, la base de la insatisfacción en la sexualidad, está originada por factores psicológicos. Las emociones ejercen un papel fundamental en nuestra percepción sobre nuestra sexualidad.

Los principales motivos de consulta son: la falta de deseo sexual o deseo hipoactivo, la disfunción orgásmica, dolores sexuales, vaginismo, disfunción eréctil, eyaculación precoz o eyaculación retardada.

Lo primero que hago cuando llega una persona a mi consulta, con cualquiera de estos síntomas, es descartar cualquier disfunción orgánica, para ello derivo al urólogo o ginecólogo para una exploración física y un correcto diagnóstico.

En caso de que físicamente esté todo bien, empezamos la terapia psicológica.

Los problemas de salud sexual principalmente provienen de problemas personales (crisis personal, baja autoestima, experiencias previas desagradables) y problemas de relación de pareja (falta de deseo hacia la pareja, escasa o nula comunicación). Por todo esto, en la consulta, empezamos a realizar un trabajo de introspección, para conocer el origen de estos síntomas y comenzamos a trabajar de manera personal y/o en pareja.

Te dejo algunos elementos que puedes introducir en tus relaciones sexuales compartidas, para que puedas recuperar el bienestar y tu salud sexual.

  • Preliminares: dedicar tiempo a los momentos previos a la relación sexual, invita a la acomodación de ambos miembros de la pareja y a “meterse en faena”. Ayuda a la lubricación de la mujer y a que aumente la excitación entre ambos. Besos, caricias, palabras bonitas al oído…. En definitiva, estimular los sentidos. ¡Que para eso los tenemos!
  • Elimina la rutina: puedes probar con posturas nuevas o elementos que os acompañen (lubricantes, estimuladores, ropa interior bonita).
  • Cuida la comunicación con tu pareja. Dile las cosas que te gustan y las que no te gustan. Además de preguntarle qué es lo que le gusta a él o ella.
  • Pon música de fondo para que os acompañe durante esos momentos placenteros.
  • No esperes al momento adecuado. Los mejores encuentros son de “aquí te pillo, aquí te cojo”. Cuando sientas deseo, si no hay nada que te lo impida, ¡hazlo!. Si buscas, no encontrarás momento entre tantas “responsabilidades” que nos autoimponemos.
  • Sácate fotos sexys y envíaselas a tu pareja en momentos que le pilles desprevenida. Si te gusta sacarte fotos sensuales has de saber que no significa que seas “fácil”, que no te cosifica, que no quiere decir que estás en “busca de” nada, que no le da derecho a nadie a no respetarte, que no te denigra, que no te deshonra, y que no tienes que dar explicaciones a nadie. QUIERE DECIR QUE TE QUIERES Y QUE ESTAS A GUSTO CONTIGO MISM@. Nada más.
  • Practica la masturbación. Te ayuda a conocer tu propio placer y tu propio cuerpo, y si luego lo deseas, puedas compartir experiencias con tu pareja.
  • Eliminar mitos y tabús: (Al hombre siempre le apetece el sexo, la satisfacción de la mujer depende del tamaño del pene, sin preservativo se siente mayor placer, si no hay síntomas no se tienen ETS… etc.). Poseer la información adecuada, favorece unas buenas prácticas.

La salud sexual es un término muy amplio, que abarca componentes físicos y psicológicos, con lo que, para lograr el mayor bienestar en tu sexualidad, es necesario primero, hacer un ejercicio de atender a lo que está ocurriendo aquí y ahora, y más tarde, ponerse manos a la obra. Con la terapia sexual podrás contar con herramientas que te faciliten, no solo mejorar tus relaciones sexuales, sino alcanzar mayor bienestar emocional.

Si crees que este post puede ayudar a otras personas, puedes compartirlo en las redes sociales.

Gracias por compartir.

Olivia de Prado

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¿Dónde quedaron esos días en los que te pasabas el día en pijama y vivías prácticamente dentro de la cama?

¿Esos días en los que no querías hacer nada más que hacer el amor con tu pareja?

¿Esos días cargados de juegos entre las sabanas, de disfrutar plenamente de tu sexualidad?

¿Recuerdas esos primeros encuentros sexuales tan satisfactorios y placenteros?

¿Qué cosas recuerdas que te hacían enloquecer?

¿Sabías que cuando tenemos un orgasmo segregamos un torrente de hormonas, endorfinas, dopamina y oxitocina, que generan una sensación de felicidad absoluta, incluso de cierta enajenación mental? Es como si se te fuera la cabeza y explotara un volcán en tu interior… En ese momento es imposible pensar en otra cosa que no sea en el placer que estás sintiendo ¿Sí o no? ¿Te sientes identificad@?

A medida que pasa el tiempo, tenemos más responsabilidades laborales, la rutina se apodera de nuestras vidas y le dedicamos menos tiempo a nuestra salud sexual. La salud no se trata solo de ausencia de enfermedad o disfunción sexual. La salud sexual se refiere al bienestar físico y psicológico, que enriquece la vida individual y social.

El desarrollo pleno de la sexualidad depende de nuestra satisfacción de las necesidades básicas, como el deseo de contacto, la intimidad emocional, el placer. Y además a través de la sexualidad satisfacemos nuestras necesidades afectivas, comunicativas y sociales.

Si sientes que tu disfrute en tu actividad sexual y reproductiva han disminuido, y que te gustaría introducir un cambio en tus relaciones sexuales, tengo una buena noticia: ¡aún estás a tiempo!, ¡siempre se está a tiempo!

Podríamos empezar por atender a algunas cuestiones, tales como:

  • ¿Cómo vives tu sexualidad?, ¿Estas satisfech@?
  • ¿La actividad sexual surge de forma espontánea o esta prefijada?
  • ¿Te atrae sexualmente tu pareja?
  • ¿Te sientes desead@?
  • ¿Asocias algún olor particular de tu pareja con el placer?, ¿o incluso con desagrado?
  • ¿Hace o dice algo tu pareja en situaciones sexuales que hace aumentar tu deseo?
  • ¿Te masturbas y eres capaz de aportarte placer?
  • ¿Tienes orgasmos en tus relaciones sexuales?
  • ¿Cómo debería ser para ti una relación sexual satisfactoria?
  • ¿Cómo repercute tu grado de satisfacción / insatisfacción en las diferentes áreas de tu vida?
  • ¿Qué importancia tiene para ti este desajuste?

Procura responderte a cada una de las anteriores preguntas y así serás más consciente de la situación en la que te encuentras actualmente en relación a tu sexualidad.

Algunos de los factores que me encuentro en la consulta de sexología, que influyen enormemente en el disconfor respecto a la sexualidad de mis pacientes son: la rutina, los problemas en la convivencia, los excesos de responsabilidades, las largas jornadas laborales, la aparición de los niños en nuestras vidas y la “aparente” falta de tiempo, entre otros.

¿Recuerdas en tu juventud que la falta de tiempo era un condicionante que ponía la nota de color en tus relaciones? ¿Te acuerdas? ¿Como eran esos encuentros a toda prisa? ¿De aquí te pillo, aquí te cojo? Eran muy excitantes, ¿verdad?

Así que, en primer lugar, eso de “la falta de tiempo”, vamos a dejarlo de lado, porque el que quiere, saca tiempo de debajo de las piedras. Otra cosa es la pereza y la vagancia… pero detrás de estas sensaciones, se encuentran el aburrimiento por lo rutinario, y la falta de deseo en la mayoría de las ocasiones.

Casi en el 90% de los casos, la base de la insatisfacción en la sexualidad, está originada por factores psicológicos. Las emociones ejercen un papel fundamental en nuestra percepción sobre nuestra sexualidad.

Los principales motivos de consulta son: la falta de deseo sexual o deseo hipoactivo, la disfunción orgásmica, dolores sexuales, vaginismo, disfunción eréctil, eyaculación precoz o eyaculación retardada.

Lo primero que hago cuando llega una persona a mi consulta, con cualquiera de estos síntomas, es descartar cualquier disfunción orgánica, para ello derivo al urólogo o ginecólogo para una exploración física y un correcto diagnóstico.

En caso de que físicamente esté todo bien, empezamos la terapia psicológica.

Los problemas de salud sexual principalmente provienen de problemas personales (crisis personal, baja autoestima, experiencias previas desagradables) y problemas de relación de pareja (falta de deseo hacia la pareja, escasa o nula comunicación). Por todo esto, en la consulta, empezamos a realizar un trabajo de introspección, para conocer el origen de estos síntomas y comenzamos a trabajar de manera personal y/o en pareja.

Te dejo algunos elementos que puedes introducir en tus relaciones sexuales compartidas, para que puedas recuperar el bienestar y tu salud sexual.

  • Preliminares: dedicar tiempo a los momentos previos a la relación sexual, invita a la acomodación de ambos miembros de la pareja y a “meterse en faena”. Ayuda a la lubricación de la mujer y a que aumente la excitación entre ambos. Besos, caricias, palabras bonitas al oído…. En definitiva, estimular los sentidos. ¡Que para eso los tenemos!
  • Elimina la rutina: puedes probar con posturas nuevas o elementos que os acompañen (lubricantes, estimuladores, ropa interior bonita).
  • Cuida la comunicación con tu pareja. Dile las cosas que te gustan y las que no te gustan. Además de preguntarle qué es lo que le gusta a él o ella.
  • Pon música de fondo para que os acompañe durante esos momentos placenteros.
  • No esperes al momento adecuado. Los mejores encuentros son de “aquí te pillo, aquí te cojo”. Cuando sientas deseo, si no hay nada que te lo impida, ¡hazlo!. Si buscas, no encontrarás momento entre tantas “responsabilidades” que nos autoimponemos.
  • Sácate fotos sexys y envíaselas a tu pareja en momentos que le pilles desprevenida. Si te gusta sacarte fotos sensuales has de saber que no significa que seas “fácil”, que no te cosifica, que no quiere decir que estás en “busca de” nada, que no le da derecho a nadie a no respetarte, que no te denigra, que no te deshonra, y que no tienes que dar explicaciones a nadie. QUIERE DECIR QUE TE QUIERES Y QUE ESTAS A GUSTO CONTIGO MISM@. Nada más.
  • Practica la masturbación. Te ayuda a conocer tu propio placer y tu propio cuerpo, y si luego lo deseas, puedas compartir experiencias con tu pareja.
  • Eliminar mitos y tabús: (Al hombre siempre le apetece el sexo, la satisfacción de la mujer depende del tamaño del pene, sin preservativo se siente mayor placer, si no hay síntomas no se tienen ETS… etc.). Poseer la información adecuada, favorece unas buenas prácticas.

La salud sexual es un término muy amplio, que abarca componentes físicos y psicológicos, con lo que, para lograr el mayor bienestar en tu sexualidad, es necesario primero, hacer un ejercicio de atender a lo que está ocurriendo aquí y ahora, y más tarde, ponerse manos a la obra. Con la terapia sexual podrás contar con herramientas que te faciliten, no solo mejorar tus relaciones sexuales, sino alcanzar mayor bienestar emocional.

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