*Carta desde el Cansancio*

“Querido cuerpo,
Querida yo,
Querido camino difícil:

Hoy quiero detenerme un momento, respirar hondo, y dejar salir todo lo que llevo dentro.

Estoy cansada.
Profundamente cansada.
No solo físicamente, por las hormonas, las agujas, las pruebas.

Estoy cansada en el alma.

Este camino, que empecé con tanta esperanza, se ha vuelto cada vez más pesado.

Cada intento fallido es una herida nueva. Cada espera, un vértigo. Cada negativo, un duelo. Y ya no sé cómo seguir sin romperme un poco más.

Me duele la ilusión que se va apagando. Me duele mirar al futuro y no saber si lo lograré. Me duele sentirme tan sola en esto, aunque me rodeen personas.

Y sin embargo, aquí estoy.

Escribiendo. Respirando. Hablando desde el corazón.

Quiero decirme a mí misma que está bien estar triste. Que está bien no tener fuerzas. Que está bien pensar en parar.

Esto no me hace débil. Me hace humana. Me hace valiente por haberlo intentado, una y otra vez, a pesar del miedo, del dolor, de las dudas.

No sé qué vendrá después. Tal vez una pausa. Tal vez una decisión diferente. Pero sea lo que sea, quiero darme amor.

Quiero recordarme que soy mucho más que este proceso. Que mi valor no depende de un resultado. Que merezco ternura, descanso, cuidado.

Gracias, cuerpo, por resistir tanto.
Gracias, corazón, por seguir latiendo en medio de todo.

Y gracias a mí, por no rendirme sin antes mirarme con compasión.”

En este “mientras tanto”, en este tiempo que no es avance ni retroceso, puedes hacer algo: volver a ti.

Y si algún día decides seguir, que sea desde la calma, no desde la exigencia.

Y si decides soltar, que sea desde el amor, no desde la culpa.

Pase lo que pase: sigues siendo tú. Entera. Completa. Suficiente.

Tú eres mucho más que todo eso.
No lo olvides.

Olivia de Prado
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