Olivia de Prado

CUANDO VIENE LA CULPA.

Cuando venga ese “sentimiento de culpa”, REVISA.

Revisa qué es lo que trae, y sobre todo PARA QUÉ ha venido, qué te quiere decir.

En esa revisión habrá cuestiones que tal vez puedas modificar; entonces corrige.

Y tal vez haya otras cuestiones que no puedas cambiar, porque son así y no se pueden hacer de otra manera. Ahí sólo nos queda aceptar que la situación es esa.

Si reviso y hay algo que yo puedo hacer para que la situación sea diferente, me pongo manos a la obra.

Si reviso y no puedo hacer nada para cambiar la situación, entonces acepto.

He decirte que la aceptación es un proceso que dura toda la vida. Lo que acepto hoy, seguiré teniendo que aceptarlo mañana, y pasado, y al otro. Y así continuamente.

El único momento en que tenemos que cerrarle la puerta a la culpa es cuando, después de esa revisión y de mi actuación consecuente, continúa viniendo continuamente a decirnos lo mismo.

Si ya nos ha dicho lo que nos tenía que decir, y hemos hecho algo por tratar de cambiar, no debemos de escucharle más, puesto que sólo nos llevará a rumiaciones poco productivas.

Hablando con mujeres en mi consulta, muchas de ellas me dicen que se sienten culpables por haberse puesto tan tarde en busca de la maternidad, y que es algo que no se pueden quitar de la cabeza.

Entonces revisamos, y en la mayoría de las ocasiones encontramos argumentos suficientes que justifican tal decisión, algunos de ellos suelen ser: falta de pareja con la que tener hijos, falta de trabajo, falta de estabilidad económica, implicación en su carrera profesional para encontrar autonmía e independencia…

Casualmente la mayoría de estas situaciones no tienen que ver con elecciones propias, sino con encajar dentro de un sistema. El sistema no está preparado para sustentar a madres jovenes ( de 25/27 años) que están comenzando a trabajar, en el mejor de los casos, en una sociedad carente de recursos sociales y económicos, como para poder dedicarse a criar hij@s.

Otras mujeres que acompaño en mi consulta, son madres que me comentan el sentimiento de culpa que aparece para con sus hijos, cuando no disponen de tiempo para compartir con sus hij@s a cuenta del trabajo o de los quehaceres familiares.

Entonces revisamos, y buscamos si hay alternativas que lograran que ese sentimiento de culpa desapareciera.

A veces encontramos soluciones, como ponerse límites horarios de trabajo, o en ocasiones reducirse la jornada, o tratar de estar con sus hijos con conciencia plena cuando compartan momentos con ellos.

Otras veces no las encontramos, porque no las tienen. Entonces hacemos un ejercicio de aceptación de la situación, para evitar que el sentimiento de culpa continúe haciendo acto de presencia.

Que la culpa venga solamente para recordarte que hay algo que REVISAR, y que te permita hacer los cambios necesarios para encontrar el bienestar, para nada más.

Olivia de Prado.
Acreditada como Psicóloga General Sanitaria por el Gobierno Vasco. Autorización Sanitaria del Gobierno Vasco Nº 48C.2.2.9753
Psicóloga Experta en Infertilidad y Reproducción Asistida.
Psicóloga Especialista en Intervencion de la Ansiedad y el Estrés.
Psicóloga Especialista en Salud Mental Perinatal.
Psicóloga Especialista en Elaboración de Proccesos de DUELO.
Sexóloga clínica.
Miembro colegiado del Colegio Oficial de Psicólogos de Bizkaia. Psicóloga colegiada num. BI04350
Es miembro de la Sociedad Española de Fertilidad.
Es miembro de la Sociedad Española de Psicología Perinatal.

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Cuando venga ese “sentimiento de culpa”, REVISA.

Revisa qué es lo que trae, y sobre todo PARA QUÉ ha venido, qué te quiere decir.

En esa revisión habrá cuestiones que tal vez puedas modificar; entonces corrige.

Y tal vez haya otras cuestiones que no puedas cambiar, porque son así y no se pueden hacer de otra manera. Ahí sólo nos queda aceptar que la situación es esa.

Si reviso y hay algo que yo puedo hacer para que la situación sea diferente, me pongo manos a la obra.

Si reviso y no puedo hacer nada para cambiar la situación, entonces acepto.

He decirte que la aceptación es un proceso que dura toda la vida. Lo que acepto hoy, seguiré teniendo que aceptarlo mañana, y pasado, y al otro. Y así continuamente.

El único momento en que tenemos que cerrarle la puerta a la culpa es cuando, después de esa revisión y de mi actuación consecuente, continúa viniendo continuamente a decirnos lo mismo.

Si ya nos ha dicho lo que nos tenía que decir, y hemos hecho algo por tratar de cambiar, no debemos de escucharle más, puesto que sólo nos llevará a rumiaciones poco productivas.

Hablando con mujeres en mi consulta, muchas de ellas me dicen que se sienten culpables por haberse puesto tan tarde en busca de la maternidad, y que es algo que no se pueden quitar de la cabeza.

Entonces revisamos, y en la mayoría de las ocasiones encontramos argumentos suficientes que justifican tal decisión, algunos de ellos suelen ser: falta de pareja con la que tener hijos, falta de trabajo, falta de estabilidad económica, implicación en su carrera profesional para encontrar autonmía e independencia…

Casualmente la mayoría de estas situaciones no tienen que ver con elecciones propias, sino con encajar dentro de un sistema. El sistema no está preparado para sustentar a madres jovenes ( de 25/27 años) que están comenzando a trabajar, en el mejor de los casos, en una sociedad carente de recursos sociales y económicos, como para poder dedicarse a criar hij@s.

Otras mujeres que acompaño en mi consulta, son madres que me comentan el sentimiento de culpa que aparece para con sus hijos, cuando no disponen de tiempo para compartir con sus hij@s a cuenta del trabajo o de los quehaceres familiares.

Entonces revisamos, y buscamos si hay alternativas que lograran que ese sentimiento de culpa desapareciera.

A veces encontramos soluciones, como ponerse límites horarios de trabajo, o en ocasiones reducirse la jornada, o tratar de estar con sus hijos con conciencia plena cuando compartan momentos con ellos.

Otras veces no las encontramos, porque no las tienen. Entonces hacemos un ejercicio de aceptación de la situación, para evitar que el sentimiento de culpa continúe haciendo acto de presencia.

Que la culpa venga solamente para recordarte que hay algo que REVISAR, y que te permita hacer los cambios necesarios para encontrar el bienestar, para nada más.

Olivia de Prado.
Acreditada como Psicóloga General Sanitaria por el Gobierno Vasco. Autorización Sanitaria del Gobierno Vasco Nº 48C.2.2.9753
Psicóloga Experta en Infertilidad y Reproducción Asistida.
Psicóloga Especialista en Intervencion de la Ansiedad y el Estrés.
Psicóloga Especialista en Salud Mental Perinatal.
Psicóloga Especialista en Elaboración de Proccesos de DUELO.
Sexóloga clínica.
Miembro colegiado del Colegio Oficial de Psicólogos de Bizkaia. Psicóloga colegiada num. BI04350
Es miembro de la Sociedad Española de Fertilidad.
Es miembro de la Sociedad Española de Psicología Perinatal.

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