“de la preocupación al éxtasis= desequilibrio emocional”
Durante los tratamientos de Reproducción Asistida pueden aparecer emociones encontradas que pueden afectar al equilibrio emocional de las personas usuarias de estas técnicas.
En algunas ocasiones aparecen dificultades que muchas veces no han sido explicadas previamente. Me refiero, por ejemplo, a tener que cancelar el tratamiento por mala repuesta ovárica. Cuando esta circunstancia se comenta a las pacientes desde el entorno médico, la mayoría piensa: ¿por qué me pasa esto?,si lo he hecho todo bien, cada día a la misma hora… ¿seré yo que no he hecho bien las cosas? ¿será que no van a funcionar tampoco las técnicas de Reproducción Asistida conmigo?
Por otro lado, cuando todo va bien, llega un punto del tratamiento en que el optimismo supera todas las barreras. Estos momentos son la extracción de los ovocitos para realizar la fecundación “in vitro”, y transferencia de embriones al útero. Esta fase del tratamiento tiene una gran carga emocional. Se pasa de la preocupación al éxtasis en un corto periodo de tiempo. No es de extrañar que pasar por todas estas experiencias, altere hasta a la persona con mayor equilibrio del mundo.
Es frecuente encontrar en parejas infértiles un cierto desajuste emocional. Al principio suelen estar más o menos ajustados emocionalmente, al cabo de un tiempo pueden desarrollar trastornos del estado de ánimo y finalmente, la indefensión aprendida les devuelve al estado inicial. Si con el paso del tiempo, se suceden los fracasos y se tiene mayor conciencia del aumento de la edad, pueden aparecer síndromes ansiosos o depresivos. En la consulta veo a menudo llorar a muchas mujeres por no haber conseguido éxito, después del esfuerzo tanto físico, psíquico como económico.
Después de la transferencia embrionaria la mujer o la pareja se va a casa. Es la fase de “espera de resultados” en la que la labor del psicólogo debe intensificarse porque la del médico desaparece por completo, dejando en muchas mujeres una sensación de abandono, ya que, durante las semanas anteriores han seguido un control exhaustivo por parte del ginecólogo. Son por tanto dos semanas altamente estresantes y obsesivas, en las que se preguntan si todo se estará desarrollando correctamente y surgen mil dudas.
Por consiguiente, es fundamental la intervención psicológica en este tipo de procesos. No sólo porque quizá pueda llegar a aumentar el éxito de los tratamientos médicos, ya que gracias al buen ajuste emocional que se consigue con la terapia, las pacientes no abandonan los tratamientos después del 3 o 4 intento fallido, como suele ser habitual; sino por la propia calidad de vida de estos pacientes que sufren tanto o más que otros pacientes con enfermedades crónicas mortales.
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Gracias por compartir.
Olivia de Prado
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“de la preocupación al éxtasis= desequilibrio emocional”
Durante los tratamientos de Reproducción Asistida pueden aparecer emociones encontradas que pueden afectar al equilibrio emocional de las personas usuarias de estas técnicas.
En algunas ocasiones aparecen dificultades que muchas veces no han sido explicadas previamente. Me refiero, por ejemplo, a tener que cancelar el tratamiento por mala repuesta ovárica. Cuando esta circunstancia se comenta a las pacientes desde el entorno médico, la mayoría piensa: ¿por qué me pasa esto?,si lo he hecho todo bien, cada día a la misma hora… ¿seré yo que no he hecho bien las cosas? ¿será que no van a funcionar tampoco las técnicas de Reproducción Asistida conmigo?
Por otro lado, cuando todo va bien, llega un punto del tratamiento en que el optimismo supera todas las barreras. Estos momentos son la extracción de los ovocitos para realizar la fecundación “in vitro”, y transferencia de embriones al útero. Esta fase del tratamiento tiene una gran carga emocional. Se pasa de la preocupación al éxtasis en un corto periodo de tiempo. No es de extrañar que pasar por todas estas experiencias, altere hasta a la persona con mayor equilibrio del mundo.
Es frecuente encontrar en parejas infértiles un cierto desajuste emocional. Al principio suelen estar más o menos ajustados emocionalmente, al cabo de un tiempo pueden desarrollar trastornos del estado de ánimo y finalmente, la indefensión aprendida les devuelve al estado inicial. Si con el paso del tiempo, se suceden los fracasos y se tiene mayor conciencia del aumento de la edad, pueden aparecer síndromes ansiosos o depresivos. En la consulta veo a menudo llorar a muchas mujeres por no haber conseguido éxito, después del esfuerzo tanto físico, psíquico como económico.
Después de la transferencia embrionaria la mujer o la pareja se va a casa. Es la fase de “espera de resultados” en la que la labor del psicólogo debe intensificarse porque la del médico desaparece por completo, dejando en muchas mujeres una sensación de abandono, ya que, durante las semanas anteriores han seguido un control exhaustivo por parte del ginecólogo. Son por tanto dos semanas altamente estresantes y obsesivas, en las que se preguntan si todo se estará desarrollando correctamente y surgen mil dudas.
Por consiguiente, es fundamental la intervención psicológica en este tipo de procesos. No sólo porque quizá pueda llegar a aumentar el éxito de los tratamientos médicos, ya que gracias al buen ajuste emocional que se consigue con la terapia, las pacientes no abandonan los tratamientos después del 3 o 4 intento fallido, como suele ser habitual; sino por la propia calidad de vida de estos pacientes que sufren tanto o más que otros pacientes con enfermedades crónicas mortales.
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