El poder del lenguaje frente a las consecuencias del Covid-19
Hace unos días os escribía algunas pautas a tener en cuenta a la hora de afrontar con mayor equilibrio psicológico el estado de confinamiento domiciliario en el que nos encontramos.
Me gustaría profundizar en ciertos aspectos, con el fin de aportaros algunos consejos de utilidad, que a pesar de resultar sencillos y evidentes, nos pueden ayudar a reducir en gran medida el malestar que esta situación nos pueda estar ocasionando.
Uno de los puntos que trataba el otro día era el siguiente:
“UTILIZA UN LENGUAJE POSITIVO: No estés continuamente quejándote y pensando en negativo, cambia tu propio discurso y escúchate hablándote a ti mismo y con los demás con otro tono más optimista. Contágiate de positivismo y contagia a los demás. Somos capaces de soportar más de lo que creemos”.
No sé si puedes imaginar el poder que tienen las palabras y los pensamientos (nuestro discurso interior). Lo que nos decimos y cómo lo decimos impacta de una manera brutal en nuestras emociones y en las emociones de los demás.
Por eso es tan importante el lenguaje. Es una potente herramienta. Y está al alcance de todos.
Entonces, si tenemos la llave en nuestra mano, ¿Por qué no hacemos algo por tratar de cambiar nuestro estado de ánimo, o incluso el estado de ánimo de los que tenemos al lado?
Tal vez algunas de tus respuestas sean, “es que no es tan fácil” o “yo soy así, qué le voy a hacer” …
He de decirte que, si empezamos con éstas, no vamos a terminar bien. Todos podemos cambiar. Lo más importante para realizar un cambio, es QUERER hacerlo.
Para hacer un cambio en nuestras vidas te doy algunas pautas generales. Primero, ser consciente de lo que pasa, tener autocrítica; segundo, querer hacer algo por cambiar eso con lo que no estoy conforme; y tercero, ponerte manos a la obra.
Si yo soy consciente, pero no quiero hacer nada porque seguir así es más cómodo, y me justifico pensando “me voy a quedar como estoy, no vaya a ser que empiece a ser consciente de cosas que me hagan sentir peor de lo que me siento”; o me centro en la dificultad, en lugar de en las posibilidades; me bloqueo y no me permito evolucionar. Nada cambiará, todo seguirá como hasta ahora.
La clave está en empezar por utilizar afirmaciones positivas.
Si yo verbalizo afirmaciones positivas, si me escucho hablando en un tono optimista, si me animo a mí mism@, si me centro en el lado bueno de las cosas, si aparto los pequeños problemas y me enfoco en lo verdaderamente importante, si no me quejo en exceso (y si lo hago, que sea siempre con una crítica constructiva detrás); si consigo poner en marcha todas estas acciones elementales y útiles, conseguiré mantener un equilibrio emocional.
Te propongo lo siguiente:
- Escucha tu forma de expresarte cuando estás hablando con los demás.
- Habla en alto contigo mism@, en lugar de hacerlo interiormente. Todos lo hacemos, no te sientas bicho raro, es una buenísima manera de descubrir lo que te estás diciendo inconscientemente.
- Empieza a ser consciente de tu voz interior, ¿es crítica, busca enjuiciarte continuamente o hacerlo con los demás?
- Grábate si te hace falta para ser más consciente de tu forma de hablar. A mí me ha sido de gran ayuda utilizar los audios de WhatsApp, porque algunas veces, los vuelvo a escuchar, y me doy cuenta de cómo me estoy expresando. Te invito a que pruebes a hacerlo. Es muy enriquecedor.
- Escucha, prestando atención, a lo que dicen los demás, y en qué tono lo dicen.
- Anota en un cuaderno las frases que te acompañan de manera habitual en tu manera de expresarte, y entonces, te darás cuenta del lenguaje que utilizas.
Si después de practicar todo esto, descubres que el lenguaje que utilizas no es el más adecuado para sentirte bien contigo mism@, puedes buscar pensamientos alternativos a los que recurres habitualmente, y afirmaciones positivas, para cambiar tu discurso.
Creo que tienes herramientas suficientes para poder empezar a hacer uso de un lenguaje consciente y aprovechar todo el potencial que éste posee.
Seguro que en tu vida te ha pasado que huyes de las personas que te resultan monótonas, pesimistas, y que buscas juntarte con las que te aportan vitalidad, optimismo. ¿A qué grupo te gustaría pertenecer?
Tienes el poder de las palabras en tu mano, utilízalo para alcanzar ese estado deseado de bienestar.
De momento, poco más podemos hacer, ya que nos encontramos bastante limitados, por eso debemos explotar los recursos de los que disponemos.
No quiero terminar sin hacer una reflexión acerca de la situación que estamos viviendo, que es el motivo de este post.
¿Te puedes hacer a la idea de la cantidad de personas en el MUNDO que se encuentran en la misma situación que tú?. Millones.
Ahora es cuando nos podemos dar cuenta que cada uno de nosotros, que cada una de nuestras vidas, es prácticamente insignificante dentro del universo.
Podemos aprovechar esta oportunidad para cambiar la visión que tenemos de nuestros problemas y preocupaciones menos prioritarias y de menor envergadura vital. Dejemos de creernos el ombligo del mundo.
Aprovechemos esta oportunidad para RELATIVIZAR y ser conscientes de que, como yo, hay más personas en el mundo, de que mi situación no es única, de que siempre hay alguien que lo está pasando peor que yo.
Y muchos pensaréis que “mal de muchos consuelos de tontos” es una dicho que a vosotros no os sirve, pero en este momento en el que hay una grave crisis a nivel mundial, deberíamos ser solidarios y arrimar el hombro en lo que podamos.
Si no formamos parte de ese personal que ahora mismo resulta imprescindible, y que están cuidando de manera incondicional y desinteresada por nuestras vidas, hagamos lo que está en nuestras manos. Que es simplemente no hacer nada. N A D A. Quedándonos en casa.
Ahora, más que nunca, deben estar claras nuestras prioridades. La vida, la salud, están ante todo lo demás. Nuestra vida y la del vecino.
No sé si te ha tocado de cerca o si tienes algún familiar al que quieres, contagiado por Covid- 19. Yo no tengo en mi familia ninguno, pero conozco a bastantes amigos, personas cercanas, que tienen familiares enfermos de coronavirus, y te aseguro que se cambiarían sin pensarlo por tu situación actual. ¿Cambiarías tus problemas por los de ellos?
Cambiemos de una vez por todas el chip. Ya es hora. Antes de que sea tarde y de que la enfermedad llame a nuestra puerta.
No quiero hablar de cifras, no me corresponde, pero sí creo que es parte de mi labor, poder difundir la conciencia de las personas, de la sociedad.
Todos y cada uno de nosotros somos importantes a nivel individual, pero formamos parte de un todo. Si el todo no funciona, lo individual no tiene sentido.
Mis mejores deseos para los que están pasando la enfermedad.
Todos sumamos juntos.
Si crees que este post puede ayudar a otras personas, puedes compartirlo en las redes sociales.
Gracias por compartir.
Olivia de Prado
Tlf: 673 81 22 67
El poder del lenguaje frente a las consecuencias del Covid-19
Hace unos días os escribía algunas pautas a tener en cuenta a la hora de afrontar con mayor equilibrio psicológico el estado de confinamiento domiciliario en el que nos encontramos.
Me gustaría profundizar en ciertos aspectos, con el fin de aportaros algunos consejos de utilidad, que a pesar de resultar sencillos y evidentes, nos pueden ayudar a reducir en gran medida el malestar que esta situación nos pueda estar ocasionando.
Uno de los puntos que trataba el otro día era el siguiente:
“UTILIZA UN LENGUAJE POSITIVO: No estés continuamente quejándote y pensando en negativo, cambia tu propio discurso y escúchate hablándote a ti mismo y con los demás con otro tono más optimista. Contágiate de positivismo y contagia a los demás. Somos capaces de soportar más de lo que creemos”.
No sé si puedes imaginar el poder que tienen las palabras y los pensamientos (nuestro discurso interior). Lo que nos decimos y cómo lo decimos impacta de una manera brutal en nuestras emociones y en las emociones de los demás.
Por eso es tan importante el lenguaje. Es una potente herramienta. Y está al alcance de todos.
Entonces, si tenemos la llave en nuestra mano, ¿Por qué no hacemos algo por tratar de cambiar nuestro estado de ánimo, o incluso el estado de ánimo de los que tenemos al lado?
Tal vez algunas de tus respuestas sean, “es que no es tan fácil” o “yo soy así, qué le voy a hacer” …
He de decirte que, si empezamos con éstas, no vamos a terminar bien. Todos podemos cambiar. Lo más importante para realizar un cambio, es QUERER hacerlo.
Para hacer un cambio en nuestras vidas te doy algunas pautas generales. Primero, ser consciente de lo que pasa, tener autocrítica; segundo, querer hacer algo por cambiar eso con lo que no estoy conforme; y tercero, ponerte manos a la obra.
Si yo soy consciente, pero no quiero hacer nada porque seguir así es más cómodo, y me justifico pensando “me voy a quedar como estoy, no vaya a ser que empiece a ser consciente de cosas que me hagan sentir peor de lo que me siento”; o me centro en la dificultad, en lugar de en las posibilidades; me bloqueo y no me permito evolucionar. Nada cambiará, todo seguirá como hasta ahora.
La clave está en empezar por utilizar afirmaciones positivas.
Si yo verbalizo afirmaciones positivas, si me escucho hablando en un tono optimista, si me animo a mí mism@, si me centro en el lado bueno de las cosas, si aparto los pequeños problemas y me enfoco en lo verdaderamente importante, si no me quejo en exceso (y si lo hago, que sea siempre con una crítica constructiva detrás); si consigo poner en marcha todas estas acciones elementales y útiles, conseguiré mantener un equilibrio emocional.
Te propongo lo siguiente:
- Escucha tu forma de expresarte cuando estás hablando con los demás.
- Habla en alto contigo mism@, en lugar de hacerlo interiormente. Todos lo hacemos, no te sientas bicho raro, es una buenísima manera de descubrir lo que te estás diciendo inconscientemente.
- Empieza a ser consciente de tu voz interior, ¿es crítica, busca enjuiciarte continuamente o hacerlo con los demás?
- Grábate si te hace falta para ser más consciente de tu forma de hablar. A mí me ha sido de gran ayuda utilizar los audios de WhatsApp, porque algunas veces, los vuelvo a escuchar, y me doy cuenta de cómo me estoy expresando. Te invito a que pruebes a hacerlo. Es muy enriquecedor.
- Escucha, prestando atención, a lo que dicen los demás, y en qué tono lo dicen.
- Anota en un cuaderno las frases que te acompañan de manera habitual en tu manera de expresarte, y entonces, te darás cuenta del lenguaje que utilizas.
Si después de practicar todo esto, descubres que el lenguaje que utilizas no es el más adecuado para sentirte bien contigo mism@, puedes buscar pensamientos alternativos a los que recurres habitualmente, y afirmaciones positivas, para cambiar tu discurso.
Creo que tienes herramientas suficientes para poder empezar a hacer uso de un lenguaje consciente y aprovechar todo el potencial que éste posee.
Seguro que en tu vida te ha pasado que huyes de las personas que te resultan monótonas, pesimistas, y que buscas juntarte con las que te aportan vitalidad, optimismo. ¿A qué grupo te gustaría pertenecer?
Tienes el poder de las palabras en tu mano, utilízalo para alcanzar ese estado deseado de bienestar.
De momento, poco más podemos hacer, ya que nos encontramos bastante limitados, por eso debemos explotar los recursos de los que disponemos.
No quiero terminar sin hacer una reflexión acerca de la situación que estamos viviendo, que es el motivo de este post.
¿Te puedes hacer a la idea de la cantidad de personas en el MUNDO que se encuentran en la misma situación que tú?. Millones.
Ahora es cuando nos podemos dar cuenta que cada uno de nosotros, que cada una de nuestras vidas, es prácticamente insignificante dentro del universo.
Podemos aprovechar esta oportunidad para cambiar la visión que tenemos de nuestros problemas y preocupaciones menos prioritarias y de menor envergadura vital. Dejemos de creernos el ombligo del mundo.
Aprovechemos esta oportunidad para RELATIVIZAR y ser conscientes de que, como yo, hay más personas en el mundo, de que mi situación no es única, de que siempre hay alguien que lo está pasando peor que yo.
Y muchos pensaréis que “mal de muchos consuelos de tontos” es una dicho que a vosotros no os sirve, pero en este momento en el que hay una grave crisis a nivel mundial, deberíamos ser solidarios y arrimar el hombro en lo que podamos.
Si no formamos parte de ese personal que ahora mismo resulta imprescindible, y que están cuidando de manera incondicional y desinteresada por nuestras vidas, hagamos lo que está en nuestras manos. Que es simplemente no hacer nada. N A D A. Quedándonos en casa.
Ahora, más que nunca, deben estar claras nuestras prioridades. La vida, la salud, están ante todo lo demás. Nuestra vida y la del vecino.
No sé si te ha tocado de cerca o si tienes algún familiar al que quieres, contagiado por Covid- 19. Yo no tengo en mi familia ninguno, pero conozco a bastantes amigos, personas cercanas, que tienen familiares enfermos de coronavirus, y te aseguro que se cambiarían sin pensarlo por tu situación actual. ¿Cambiarías tus problemas por los de ellos?
Cambiemos de una vez por todas el chip. Ya es hora. Antes de que sea tarde y de que la enfermedad llame a nuestra puerta.
No quiero hablar de cifras, no me corresponde, pero sí creo que es parte de mi labor, poder difundir la conciencia de las personas, de la sociedad.
Todos y cada uno de nosotros somos importantes a nivel individual, pero formamos parte de un todo. Si el todo no funciona, lo individual no tiene sentido.
Mis mejores deseos para los que están pasando la enfermedad.
Todos sumamos juntos.
Si crees que este post puede ayudar a otras personas, puedes compartirlo en las redes sociales.
Gracias por compartir.
Olivia de Prado
Tlf: 673 81 22 67