Olivia de Prado

MATERNIDAD EN SOLITARIO

MATERNIDAD EN SOLITARIO.
En consulta acompaño cada día a mujeres que, ellas solas, están criando a sus hijos.
Cuando hablo de ellas “solas”, no me refiero a que estén en soledad o que no tengan apoyos.
Sino que han tenido a sus hijos en solitario , o que han llegado a esta situación por circunstancias.
Pueden ser personas que han elegido este modelo de familia, porque ha llegado un momento de sus vidas en el que querían formar una familia y, o bien no han encontrado la persona con la que llevar a cabo este proyecto, o bien han querido  ser madres solas por elección, o incluso las que la vida les ha puesto en esta situación sin haberlo buscado, por ejemplo tras una ruptura, separación o pérdida de cónyuge.
Somos muchas las madres que vivimos esta situación, y que nos enfrentamos cada día a preguntas desde dentro o desde fuera de la familia.
Precisamente ayer en el desayuno, mi hija me decía “Ama, quiero vivir en familia”.
En ese momento un escalofrío me recorrió el cuerpo.
“En familia, cariño?” Le pregunté yo. “Ya vivimos en familia, Kira (🐶), tú y yo”.
Y ella me contestó “En familia, con otros mayores a parte de tí, con un padre, una madre, y sus hijos, como antes”.
Volvió el nudo en la garganta, el que hacía tiempo se había ido.
Si hay algo que desde el principio, después de la separación, he trabajado en casa es que independientemente del número de personas que vivan en casa, y de quienes comformemos la familia, por encima de todo y todos, SOMOS UNA FAMILIA.
Romper con los cánones que establece la sociedad no es fácil, a veces algunas personas nos lo ponen más difícil con comentarios inoportunos, pero yo no ceso en mi empeño por dar visibilidad y ejemplo dentro y fuera de mi casa.
La parte más difícil de todo esto es enfrentarme cada día a preguntas de mi hija, para las que, aún con 7 años, es complicado encontrar respuestas convincentes, sobretodo cuando una, a veces tampoco las encuentra para sí misma.
No es el camino que hubiera elegido, pero es el que me está tocando vivir.
A ti, que cada mañana te levantas con la mejor de tus sonrisas, agotada, porque no tienes el peso de tu familia compartido;
a ti, que te tienes que enfrentar a preguntas que aún no puedes contestar o a las cuáles ni siquiera encuentras respuestas;
a ti, que te esfuerzas cada día en ofrecer lo mejor de ti, aunque haya días que no lo consigas;
a ti que te juzgas, o te juzgan por ser madre sola;
a ti que no encuentras tus ratos para poder dedicarte porque no tienes de donde sacarlos;
a ti que no te habías planteado nunca antes llegar hasta esta situación, pero que por circunstancias te encuentras en ella, habiéndolo o no habiéndolo elegido,
TE ABRAZO.
Porque eres fuerte, valiente, luchadora y le estas enseñando a tu hij@ que tiene la mejor madre que pueda tener, incluso cuando haya días que te cueste darte cuenta de ello y que hubieras deseado que la vida te hubiera regalado otra historia.
Esta es la tuya, ni mejor, ni peor que otras, simplemente diferente.
Disfrútala, como sepas, como puedas, porque tú, para tu hij@ eres el mejor regalo que la vida le ha podido ofrecer.

Olivia de Prado.

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MATERNIDAD EN SOLITARIO.
En consulta acompaño cada día a mujeres que, ellas solas, están criando a sus hijos.
Cuando hablo de ellas “solas”, no me refiero a que estén en soledad o que no tengan apoyos.
Sino que han tenido a sus hijos en solitario , o que han llegado a esta situación por circunstancias.
Pueden ser personas que han elegido este modelo de familia, porque ha llegado un momento de sus vidas en el que querían formar una familia y, o bien no han encontrado la persona con la que llevar a cabo este proyecto, o bien han querido  ser madres solas por elección, o incluso las que la vida les ha puesto en esta situación sin haberlo buscado, por ejemplo tras una ruptura, separación o pérdida de cónyuge.
Somos muchas las madres que vivimos esta situación, y que nos enfrentamos cada día a preguntas desde dentro o desde fuera de la familia.
Precisamente ayer en el desayuno, mi hija me decía “Ama, quiero vivir en familia”.
En ese momento un escalofrío me recorrió el cuerpo.
“En familia, cariño?” Le pregunté yo. “Ya vivimos en familia, Kira (🐶), tú y yo”.
Y ella me contestó “En familia, con otros mayores a parte de tí, con un padre, una madre, y sus hijos, como antes”.
Volvió el nudo en la garganta, el que hacía tiempo se había ido.
Si hay algo que desde el principio, después de la separación, he trabajado en casa es que independientemente del número de personas que vivan en casa, y de quienes comformemos la familia, por encima de todo y todos, SOMOS UNA FAMILIA.
Romper con los cánones que establece la sociedad no es fácil, a veces algunas personas nos lo ponen más difícil con comentarios inoportunos, pero yo no ceso en mi empeño por dar visibilidad y ejemplo dentro y fuera de mi casa.
La parte más difícil de todo esto es enfrentarme cada día a preguntas de mi hija, para las que, aún con 7 años, es complicado encontrar respuestas convincentes, sobretodo cuando una, a veces tampoco las encuentra para sí misma.
No es el camino que hubiera elegido, pero es el que me está tocando vivir.
A ti, que cada mañana te levantas con la mejor de tus sonrisas, agotada, porque no tienes el peso de tu familia compartido;
a ti, que te tienes que enfrentar a preguntas que aún no puedes contestar o a las cuáles ni siquiera encuentras respuestas;
a ti, que te esfuerzas cada día en ofrecer lo mejor de ti, aunque haya días que no lo consigas;
a ti que te juzgas, o te juzgan por ser madre sola;
a ti que no encuentras tus ratos para poder dedicarte porque no tienes de donde sacarlos;
a ti que no te habías planteado nunca antes llegar hasta esta situación, pero que por circunstancias te encuentras en ella, habiéndolo o no habiéndolo elegido,
TE ABRAZO.
Porque eres fuerte, valiente, luchadora y le estas enseñando a tu hij@ que tiene la mejor madre que pueda tener, incluso cuando haya días que te cueste darte cuenta de ello y que hubieras deseado que la vida te hubiera regalado otra historia.
Esta es la tuya, ni mejor, ni peor que otras, simplemente diferente.
Disfrútala, como sepas, como puedas, porque tú, para tu hij@ eres el mejor regalo que la vida le ha podido ofrecer.

Olivia de Prado.

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