Somos lo que pensamos.

Cuando hacemos frente a cualquier situación en la vida, todo lo que pensamos sobre el pasado y el futuro afecta a nuestras decisiones.

Cuando le otorgamos al pasado poder sobre nuestra vida, nos centramos en nuestras frustraciones no realizadas.

Cuando concedemos el poder al futuro, nos provoca incertidumbre puesto que desconocemos lo que realmente sucederá.

Muchas pacientes que reciben un diagnóstico de infertilidad, comienzan a buscar motivos que hayan causado tal estado, de manera que cualquier acción pasada justifique su situación actual y les permita culpabilizarse por ello.

Al mismo tiempo, los pensamientos se disparan, buscando una visión irreal del futuro, generalmente negativa, que no ofrece ninguna solución válida a su infertilidad.

Ambas formas de pensar, tanto en el pasado, como en el fututo, nos impiden vivir libres de condicionamientos. Debemos aprender a dejar atrás este tipo de procesos automáticos e inconscientes que hacen que nuestra vida cotidiana se cargue de tensiones y desdicha.

La actitud que tomemos respecto a lo que nos pasa, establecerá lo que obtendremos de vuelta.

Debemos comprender que nuestros pensamientos son una pieza clave para tener una actitud vital sana, ya que lo que pensamos determina nuestras emociones que a su vez influyen sobre nuestra forma de comportarnos.

Si nos aferramos a una idea errónea, por ejemplo: “no podré disfrutar de la vida hasta que no tenga un hijo”; ésta nos conducirá a experimentar sentimientos y emociones poco saludables, como pueden ser ansiedad, depresión o inquietud; lo que nos bloqueará en nuestro camino hacia la búsqueda de nuestro bienestar y nuestra felicidad.

Si logramos cambiar el patrón de pensamiento que venimos aplicando desde niños, aprenderemos a pensar de manera diferente y así podremos impulsar cambios positivos en nuestras vidas.

Posiblemente, la manera cómo estás viviendo tu infertilidad, no te está beneficiando en el modo en que afrontas el día a día, y te impide disfrutar de las pequeñas cosas que te rodean. Si esto es así, ponte manos a la obra, no pierdas más tiempo, solo existe el presente, exprímelo como si no hubiera un mañana.

Aunque la búsqueda de tu hijo esté resultando dura, no permitas que se convierta en el eje central de tu vida, atiende por igual al resto de acontecimientos que te rodean, con los que seguro merece la pena deleitarse.

Te propongo que seas consciente de todo lo que actualmente posees y consideras irremplazable, las cosas básicas para tener una vida satisfactoria y llena de sentido; y que también contemples todo aquello que aún te quedan por explorar, aquellas cosas nuevas que te gustaría conocer para ampliar tu visión sobre la vida. Reinventa la historia de tu vida.

Solo de esta manera, puedes exprimir tu día a día, disfrutar de lo que posees y afanarte en aquello que te gustaría lograr.

¡Bienvenida a una nueva realidad!

Si crees que este post puede ayudar a otras personas, puedes compartirlo en las redes sociales.

Gracias por compartir.

Olivia de Prado