“cuando no llega el segundo”
La esterilidad secundaria, es uno de los motivos más frecuentes que lleva a las parejas que la sufren a buscar ayuda psicológica.
Cuando se tiene el primer hijo de manera rápida y prácticamente sin dificultades, y se comienza a buscar el segundo y no llega, es cuando surge la confusión en la pareja.
Es una situación con la que normalmente no se cuenta, debido a sus antecedentes, por ese motivo sorprende a la pareja y generalmente no saben cómo hacerla frente.
Cuando ha sido sencillo concebir un hijo es difícil imaginar el sufrimiento que desencadena una búsqueda infructuosa. En el momento que ciertas parejas pasan por esterilidad secundaria, son conscientes del grado de influencia que esta afectación supone en la vida de cualquiera que la padezca.
Muchas veces la gente de alrededor de la pareja con esterilidad secundaria, tratan de ayudarles quitando hierro al asunto diciéndoles que ya tienen un hijo y que se conformen con eso. Error. Si supieran el daño que estas palabras causan en la pareja, seguramente no harían este tipo de comentarios.
Para ellos el sentimiento de frustración es el mismo que cuando una persona sufre esterilidad primaria. Es la sensación de no poder cumplir un deseo en el que han puesto todo su empeño.
Da lo mismo que tengan un hijo o no, porque cuando el segundo no llega, es igual de doloroso que cuando no llega el primero.
Desde la consulta de psicología tratamos de hacer ver a la pareja que, la angustia que sienten es absolutamente lógica y se les anima a que traten de evitar que esta sensación afecte al niño que ya está en casa, y que intenten disfrutar de cada momento que pasen con él, porque el tiempo que se emplea en pensar en si llegará o no el día en que le puedan dar un hermanito, nunca se podrá recuperar y es un tiempo perdido con su hijo, que nunca volverá.
A veces, cuando el desgaste psicológico es tan incapacitante que interfiere en la vida de las personas, es necesario tomar conciencia de la situación para poder decidir por dónde seguir. Generalmente suelen ser tres los caminos; uno, parar para recuperar la salud psicofísica; dos, continuar la búsqueda; tres tomar la determinación de poner punto y final a la búsqueda. De ello dependerá el grado de afectación que tenga la pareja.
Si está en condiciones de seguir, adelante, no hay nada que impida continuar con la búsqueda, pero si el deterioro psicológico es notable, será indispensable un alto en el camino para llegar al destino en las mejores condiciones anímicas.
El hecho de conseguir un embarazo estando emocionalmente dañada, no implica que automáticamente desaparezcan todos los males, por ello es primordial que la madre consiga tener un buen ajuste emocional en el momento de la concepción, por ella misma y por el bebé.
Si crees que este post puede ayudar a otras personas, puedes compartirlo en las redes sociales.
Gracias por compartir.
Olivia de Prado
“cuando no llega el segundo”
La esterilidad secundaria, es uno de los motivos más frecuentes que lleva a las parejas que la sufren a buscar ayuda psicológica.
Cuando se tiene el primer hijo de manera rápida y prácticamente sin dificultades, y se comienza a buscar el segundo y no llega, es cuando surge la confusión en la pareja.
Es una situación con la que normalmente no se cuenta, debido a sus antecedentes, por ese motivo sorprende a la pareja y generalmente no saben cómo hacerla frente.
Cuando ha sido sencillo concebir un hijo es difícil imaginar el sufrimiento que desencadena una búsqueda infructuosa. En el momento que ciertas parejas pasan por esterilidad secundaria, son conscientes del grado de influencia que esta afectación supone en la vida de cualquiera que la padezca.
Muchas veces la gente de alrededor de la pareja con esterilidad secundaria, tratan de ayudarles quitando hierro al asunto diciéndoles que ya tienen un hijo y que se conformen con eso. Error. Si supieran el daño que estas palabras causan en la pareja, seguramente no harían este tipo de comentarios.
Para ellos el sentimiento de frustración es el mismo que cuando una persona sufre esterilidad primaria. Es la sensación de no poder cumplir un deseo en el que han puesto todo su empeño.
Da lo mismo que tengan un hijo o no, porque cuando el segundo no llega, es igual de doloroso que cuando no llega el primero.
Desde la consulta de psicología tratamos de hacer ver a la pareja que, la angustia que sienten es absolutamente lógica y se les anima a que traten de evitar que esta sensación afecte al niño que ya está en casa, y que intenten disfrutar de cada momento que pasen con él, porque el tiempo que se emplea en pensar en si llegará o no el día en que le puedan dar un hermanito, nunca se podrá recuperar y es un tiempo perdido con su hijo, que nunca volverá.
A veces, cuando el desgaste psicológico es tan incapacitante que interfiere en la vida de las personas, es necesario tomar conciencia de la situación para poder decidir por dónde seguir. Generalmente suelen ser tres los caminos; uno, parar para recuperar la salud psicofísica; dos, continuar la búsqueda; tres tomar la determinación de poner punto y final a la búsqueda. De ello dependerá el grado de afectación que tenga la pareja.
Si está en condiciones de seguir, adelante, no hay nada que impida continuar con la búsqueda, pero si el deterioro psicológico es notable, será indispensable un alto en el camino para llegar al destino en las mejores condiciones anímicas.
El hecho de conseguir un embarazo estando emocionalmente dañada, no implica que automáticamente desaparezcan todos los males, por ello es primordial que la madre consiga tener un buen ajuste emocional en el momento de la concepción, por ella misma y por el bebé.
Si crees que este post puede ayudar a otras personas, puedes compartirlo en las redes sociales.
Gracias por compartir.
Olivia de Prado