Testimonios ( Parte 2)
“Hay que tener presente cuando inicias un tratamiento de Reproducción Asistida, en llevarlo a cabo con la mayor actitud positiva y fuerza mental que os sea posible; yo recomiendo contar con ayuda psicológica para afrontarlo y se puede conseguir como en nuestro caso.
Mucha suerte!!”
N.Q y O.F
“Curiosa la vida: De pequeña siempre imaginé que sería mama a los 20 y tendría al menos 4 hijos, siguiendo así los ejemplares pasos de mi madre, pero la vida es caprichosa y no siempre nos da lo que esperamos, así que a veces (muchas veces) hay que luchar por los sueños.
Una adolescencia larga, una enfermedad inesperada y “ la no-común cabeza” de los preciados soldaditos de mi amado; nos llevaron hasta la Reproducción Asistida y tras un proceso largo, desconocido y lleno de curvas para nuestras emociones, llegó nuestro príncipe.
En esa ocasión no pedí ayuda psicológica, pero ojalá lo hubiera hecho, porque pasados dos años repito curso, y aunque mis fuerzas flaquearon, al no ser tan rápido como la primera vez, el apoyo de mi psicóloga me hizo volver al objetivo con más energía y hoy tengo todo lo que desee, ya que mis buscados príncipes para mí valen por los cuatro que imaginé.
¡Gracias por dedicarte a la mayor empresa del mundo, la de dar vida a quien más la desea!
G.G
“Recuerdo el día que comenzamos el primer tratamiento de Reproducción Asistida ( R.A), qué contentos fuimos al hospital, pensando que como ya nos habíamos puestos en manos de expertos, por fin se terminaría nuestra incertidumbre de si podríamos o no ser padres… Pensamos que lo conseguiríamos a la primera, puesto que nos habían dicho que no había ninguna patología y que lo nuestro era esterilidad de causa desconocida… cuando volvimos a casa empezamos a idear lo que sería nuestra vida con nuestro hijo o hija…
14 días después sucedió el primer gran palo que nos dio la R. A…tras él vinieron otros tantos… recuerdo que todo eran malas noticias, ciclos cancelados, baja respuesta ovárica, betas negativas, nuevos diagnósticos inesperados, una enfermedad en la sangre, unas cuantas intervenciones, quirófanos, sedaciones…
Nuestras fuerzas hacía tiempo que habían empezado a flaquear… pero había algo que nos mantenía en el camino, nunca perdimos de vista nuestro objetivo, nuestra hija.
Pedimos ayuda psicológica, eso no había Dios quien lo aguantara, se estaban tambaleando unos cuantos pilares que nos sustentaban, pareja, familia, amigos, ocio, trabajo…
Tengo claro que esa ayuda, junto con nuestra capacidad de adaptarnos a las nuevas circunstancias que iban llegando, además de compartir nuestra experiencia con la de otras personas, fue lo que nos permitió continuar en el proceso de una manera más saludable a nivel emocional.”
Olivia de Prado.
Algunas de vosotras, me habéis preguntado por mi experiencia, por este motivo la incluyo entre los testimonios.
Aunque he de deciros que cada experiencia es única, que cada circunstancia es diferente a las otras y que por eso no podemos compararnos con las de los demás, pero sí escuchar los testimonios de los otros, porque resuenan en nuestra propia experiencia y la completan.
Si crees que este post puede ayudar a otras personas, puedes compartirlo en las redes sociales.
Gracias por compartir.
Olivia de Prado
Testimonios ( Parte 2)
“Hay que tener presente cuando inicias un tratamiento de Reproducción Asistida, en llevarlo a cabo con la mayor actitud positiva y fuerza mental que os sea posible; yo recomiendo contar con ayuda psicológica para afrontarlo y se puede conseguir como en nuestro caso.
Mucha suerte!!”
N.Q y O.F
“Curiosa la vida: De pequeña siempre imaginé que sería mama a los 20 y tendría al menos 4 hijos, siguiendo así los ejemplares pasos de mi madre, pero la vida es caprichosa y no siempre nos da lo que esperamos, así que a veces (muchas veces) hay que luchar por los sueños.
Una adolescencia larga, una enfermedad inesperada y “ la no-común cabeza” de los preciados soldaditos de mi amado; nos llevaron hasta la Reproducción Asistida y tras un proceso largo, desconocido y lleno de curvas para nuestras emociones, llegó nuestro príncipe.
En esa ocasión no pedí ayuda psicológica, pero ojalá lo hubiera hecho, porque pasados dos años repito curso, y aunque mis fuerzas flaquearon, al no ser tan rápido como la primera vez, el apoyo de mi psicóloga me hizo volver al objetivo con más energía y hoy tengo todo lo que desee, ya que mis buscados príncipes para mí valen por los cuatro que imaginé.
¡Gracias por dedicarte a la mayor empresa del mundo, la de dar vida a quien más la desea!
G.G
“Recuerdo el día que comenzamos el primer tratamiento de Reproducción Asistida ( R.A), qué contentos fuimos al hospital, pensando que como ya nos habíamos puestos en manos de expertos, por fin se terminaría nuestra incertidumbre de si podríamos o no ser padres… Pensamos que lo conseguiríamos a la primera, puesto que nos habían dicho que no había ninguna patología y que lo nuestro era esterilidad de causa desconocida… cuando volvimos a casa empezamos a idear lo que sería nuestra vida con nuestro hijo o hija…
14 días después sucedió el primer gran palo que nos dio la R. A…tras él vinieron otros tantos… recuerdo que todo eran malas noticias, ciclos cancelados, baja respuesta ovárica, betas negativas, nuevos diagnósticos inesperados, una enfermedad en la sangre, unas cuantas intervenciones, quirófanos, sedaciones…
Nuestras fuerzas hacía tiempo que habían empezado a flaquear… pero había algo que nos mantenía en el camino, nunca perdimos de vista nuestro objetivo, nuestra hija.
Pedimos ayuda psicológica, eso no había Dios quien lo aguantara, se estaban tambaleando unos cuantos pilares que nos sustentaban, pareja, familia, amigos, ocio, trabajo…
Tengo claro que esa ayuda, junto con nuestra capacidad de adaptarnos a las nuevas circunstancias que iban llegando, además de compartir nuestra experiencia con la de otras personas, fue lo que nos permitió continuar en el proceso de una manera más saludable a nivel emocional.”
Olivia de Prado.
Algunas de vosotras, me habéis preguntado por mi experiencia, por este motivo la incluyo entre los testimonios.
Aunque he de deciros que cada experiencia es única, que cada circunstancia es diferente a las otras y que por eso no podemos compararnos con las de los demás, pero sí escuchar los testimonios de los otros, porque resuenan en nuestra propia experiencia y la completan.
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Gracias por compartir.
Olivia de Prado